El presidente de Ucrania realizó el jueves su tercera visita en dos días a las zonas que han sufrido lo peor de la guerra rusa, con un viaje a la región de Jersón arrebatada a las fuerzas del Kremlin, y un comandante de Kiev insinuó que habría una contraofensiva ucraniana “muy próximamente”.
Ucrania tomó el control de la capital regional, también llamada Jersón, a fines del año pasado, expulsando a los ocupantes rusos que habían tomado la ciudad en las semanas siguientes al inicio de la invasión en febrero del año pasado. El río Dniéper marca el frente de la región, que sigue parcialmente ocupada por Rusia.
En Jersón el jueves el presidente Volodymyr Zelenskyy se reunió con personal de seguridad e inspeccionó infraestructura dañada por los ataques rusos, dijo su oficina.
El miércoles, Zelenskyy visitó Járkiv, la segunda ciudad del país, en el noreste. Las fuerzas de Kiev recuperaron Járkiv en setiembre, en la misma contraofensiva que recuperó Jersón.
Zelenskyy se reunió con soldados en la región oriental de Donetsk, visitó un hospital donde conversó con soldados heridos y condecoró a los defensores de Bájmut, una ciudad destruida que se ha convertido en símbolo de la tozuda resistencia de Ucrania a las ambiciones del presidente ruso Vladimir Putin.
El clima está mejorando, lo que prepara el escenario para posibles ofensivas de ambos bandos. Las bajas temperaturas invernales seguidas por la acumulación de fango debido al derretimiento han impedido grandes movimientos en el campo de batalla y la guerra ha estado en un punto muerto durante meses.
Ucrania está recibiendo tanques y otras armas modernas de sus aliados occidentales, que también están entrenando a las fuerzas ucranianas en su uso.
Las fuerzas rusas se han atrincherado en las cuatro provincias que Moscú anexó ilegalmente en setiembre: Donetsk, Jersón, Luhansk y Zaporiyia. Putin ha afirmado claramente que quiere controlarlas.
El comandante de las fuerzas de tierra ucranianas dijo el jueves que las fuerzas rusas “se están agotando” en su ofensiva en Bájmut, lo que da a Kiev una oportunidad para contraatacar.
El coronel general Oleksandr Syrskyi dijo en un mensaje en Telegram que el asalto a Bájmut provocaba a las tropas rusas una “pérdida considerable de fuerza”.
“Próximamente podremos aprovechar esta oportunidad, como lo hicimos antes cerca de Kiev, Járkiv, Balakliia y Kupiansk”, agregó Syrskyi, en alusión a la contraofensiva del año pasado que alejó a los rusos de la capital y grandes territorios del noreste.
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