La policía del estado norteamericano de Tennessee dijo que una persona que mató el lunes a tres niños y tres adultos en una escuela primaria cristiana vigiló y trazó un mapa detallado del centro de estudios antes de cometer el ataque.
La policía dio información poco clara sobre el género del atacante. Durante horas dijo que se trataba de una mujer de 28 años y después la identificó como Audrey Hale. Posteriormente, en una conferencia de prensa por la tarde, el jefe de la policía, John Drake, dijo que Hale era transgénero.
Tras la conferencia, el portavoz policial Don Aaron declinó dar detalles sobre cómo se identificaba Hale actualmente.
Hale había sido estudiante de la escuela The Covenant y dejó un manifiesto y otros escritos, que estaban siendo examinados por los investigadores.
“Tenemos un manifiesto, tenemos algunos escritos que estamos revisando y que hacen referencia a este día, al incidente como tal”, comentó Drake. “Tenemos un mapa que dibujó sobre cómo se llevaría a cabo todo esto”.
En una entrevista con NBC News, Drake dijo que los investigadores creen que Hale tenía “cierto resentimiento por haber tenido que ir a esa escuela”.
Según la policía, Hale entró en la escuela disparando por las puertas de cristal del edificio, armado con dos fusiles “de tipo de asalto” y una pistola. Se cree que obtuvo al menos dos de ellas legalmente en el área de Nashville.
La policía abatió a Hale en un intercambio de disparos.
Las víctimas fueron identificadas como Evelyn Dieckhaus, Hallie Scruggs y William Kinney, todos de 9 años, y los adultos Cynthia Peak, de 61 años; Katherine Koonce, de 60, y Mike Hill, de 61.
La escuela tiene alrededor de 200 estudiantes desde preescolar hasta sexto grado y aproximadamente 50 miembros de personal.
La matanza fue una más de las que han ocurrido en centros escolares de Estados Unidos en los últimos años. Entre ellas se destacan la de una escuela primaria de Uvalde, Texas, el año pasado, de un alumno de primer grado que baleó a su maestra en Virginia, y un tiroteo la semana pasada en Denver en el que dos administradores resultaron heridos.
En la Casa Blanca, el presidente Joe Biden calificó el tiroteo como “la peor pesadilla de una familia” y volvió a pedir al Congreso que apruebe una prohibición para la posesión de ciertas armas semiautomáticas.
“Está desgarrando el alma de esta nación, desgarrando el alma misma de esta nación”, repitió Biden.
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