El presidente de Colombia, Gustavo Petro, y el Fiscal General de la Nación, Francisco Barbosa, protagonizaron el viernes un nuevo enfrentamiento público, a raíz de los señalamientos que lanzó el Jefe de Estado contra un fiscal regional por supuestos vínculos con criminales.
El fiscal general reaccionó a las críticas contra el servidor judicial y la discusión con el presidente escaló. Petro se dirigió el viernes desde España a Barbosa: “El Fiscal olvida una cosa que la constitución le ordena: yo soy el jefe de Estado, por tanto el jefe de él”.
La declaración generó una rápida respuesta del titular de la Fiscalía, quien lo acusó a Petro de acercarse a un régimen dictatorial. “Lo que acaba de hacer Gustavo Petro es decir que no es el Presidente de la República sino un dictador en Colombia”, expresó Barbosa quien alegó que la afirmación afecta al Estado de derecho y es un irrespeto a la independencia de poderes en el país.
A ese cuestionamiento se sumó un pronunciamiento el viernes del presidente de la Corte Suprema de Justicia, el magistrado Fernando Castillo, también rechazando la declaración del presidente Petro.
La Corte señaló al presidente Petro de estar haciendo una interpretación errada de la constitución política de Colombia y consideró que está desconociendo “la autonomía e independencia judicial que es cláusula fundacional de la democracia colombiana”.
A media tarde del viernes, Barbosa anunció que sacará a su familia del país por razones de seguridad. El funcionario dice que las declaraciones del presidente Gustavo Petro lo pusieron en riesgo.
“Yo responsabilizo a Gustavo Petro de lo que me pueda pasar a mí o a mi familia, o de que me puedan asesinar en Colombia luego de estas declaraciones”, dijo el fiscal, al considerar que “seguramente habrá consecuencias” si decide no obedecer al presidente Petro, que esta mañana dijo que era su jefe.
El presidente Petro respondió a través de un extenso mensaje en Twitter que el fiscal general lo está irrespetando y que él como Jefe del Estado tiene derecho a preguntar por investigaciones y denuncias que constituyen una violación del Derecho Internacional Humanitario.
Este nuevo episodio comenzó con un tuit del presidente Petro citando un artículo escrito por el periodista Gonzalo Guillén, en el que se menciona que el fiscal Daniel Hernández habría “encubierto” el homicidio de unas 200 personas a manos de la banda criminal “Clan del Golfo” en la costa norte de Colombia.
El artículo recoge que el fiscal Hernández habría recibido los listados de las personas que iban a ser ejecutadas y que el funcionario esperó a que ocurrieran esos homicidios y luego protegió a los asesinos. El presidente Petro pidió investigar esa información al considerarla “muy grave” y escribió un mensaje en Twitter acompañado de una fotografía en la que aparecía el funcionario judicial con su hijo de 13 años.
“El Presidente de la República fijó el trino y acompañó la publicación en la que está el hijo menor del fiscal Hernández”, denunció el Fiscal Barbosa, quien considera que de esa forma puso “una lápida sobre los funcionarios judiciales”. Además, responsabilizó al mandatario de lo que le pueda ocurrir al fiscal Hernández y a su familia.
Barbosa comentó, además, que el fiscal Hernández es una víctima de la masacre de la Rochela, cometida por paramilitares en 1989 y que “decirle a una víctima reconocida por una sentencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos que es un defensor de los paramilitares es una acusación gravísima”.
El fiscal Barbosa y el presidente Petro ya habían tenido otros desencuentros. El más recordado tiene que ver con las duras críticas que lanzó en su momento el jefe del ente acusador contra el plan de “paz total” del presidente Petro por los beneficios que se planteaban para los criminales.
Barbosa asumió el cargo en la Fiscalía en febrero de 2020. Fue elegido por la Corte Suprema de Justicia, uno de los altos tribunales constitucionales, de una terna que presentó el entonces presidente de Colombia, Iván Duque. Antes de ser fiscal general, había sido funcionario del gobierno de la época, de tendencia derechista.
El choque de poderes se dio un día después de que la justicia colombiana hubiera anulado la elección del presidente del Congreso, el senador Roy Barreras, por doble militancia política. Barreras es considerado un alfil estratégico del gobierno de Gustavo Petro en el Legislativo y, si la decisión queda en firme después de apelaciones, en el transcurso de las próximas semanas tendría que dejar el cargo en el Congreso.
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