Kathia López, de 58 años, se levanta muy temprano todos los días para sacar adelante a sus hijos. Es madre soltera de dos niños, de 6 y 11 años, y está a cargo de una olla común –una iniciativa también conocida como comedor popular– en San Juan de Lurigancho, el distrito más poblado de Perú de acuerdo con el más reciente censo poblacional.
“La desigualdad existe. Se ve claramente que el hombre tiene mayores posibilidades de encontrar trabajo a pesar de que sean padres solteros. No asumen la responsabilidad de atender a los hijos. En cambio, las madres solteras tenemos que compartir el trabajo laboral con el de casa. A veces, nos dicen: ‘Usted es señora y no va disponer de un trabajo como debe ser”, explicó López durante una entrevista con la Voz de América.
López tenía un trabajo estable antes de la llegada del coronavirus. Era vendedora de productos en el emporio comercial más grande de la capital peruana que es Gamarra, ubicado en el distrito limeño de La Victoria. El miedo a la enfermedad la llevó a renunciar y tuvo que refugiarse en casa para cuidar a su familia.
Sin embargo, esta madre tenía que generar ingresos y así fundó su olla común. “Es una manera de también ayudar a las madres solteras que están en la misma situación que estoy atravesando”, expone. “La situación es complicada. Ha subido todo demasiado. Las cosas ya no están al alcance como antes. Entre vecinos colaboramos con los alimentos”, añade.
Cifras
El caso de Kathia López, sin empleo y tratando de sobrevivir, es un ejemplo de las consecuencias visibles en contexto actual de pobreza que atraviesa Perú. De acuerdo con recientes informes, los ingresos son insuficientes para adquirir una canasta básica de alimentos y otros productos esenciales.
El Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) señaló en su reporte más reciente "Evolución de la Pobreza Monetaria 2011-2022", divulgado en este mes de mayo, que el número estimado de personas en situación de pobreza en 2022 es de 9 millones 184 mil, lo que significa un incremento de 628 mil personas con respecto al año anterior en el país sudamericano. Esto representa el 27.5% de la población.
Entre las regiones más afectadas se encuentran Cajamarca, Huánuco, Puno, Ayacucho, Pasco, Loreto, Huancavelica, Callao, Piura, Lima, entre otros.
El informe "Evolución de la Pobreza Monetaria 2011-2022" fue elaborado con los resultados de la Encuesta Nacional de Hogares y concluyó que “en el 2022, la pobreza extrema alcanzó al 5 % de la población del país (1.673.000 peruanos) y aumentó un 0.9 % respecto al año 2021; mientras que, al compararla con el año 2019, fue mayor en 2.1 puntos porcentuales”.
El Banco Mundial informó que 700.000 peruanos habrían pasado de ser parte de la clase media a una situación de vulnerabilidad y otros 700.000 habrían pasado de la vulnerabilidad a la pobreza. Además concluyó que los factores causantes de esta situación serían la desaceleración económica, la inflación y la alta informalidad laboral.
Este estudio de la entidad global no sólo midió el ingreso económico –que de acuerdo con el reporte sería 6,85 dólares al día per cápita–, sino también al acceso de los servicios básicos, salud y nivel de educación.
Tormenta perfecta
El economista Alejandro Indacochea explicó a la Voz de América que los más recientes reportes sobre la pobreza monetaria en Perú son resultado de lo que describió como una “tormenta perfecta”.
“Hemos tenido la pandemia, todo lo que significó el gobierno de Pedro Castillo, el bloqueo de las carreteras por las protestas, el ciclón Yaku y lo que podría venir con la llegada de un segundo fenómeno del Niño Costero”, explicó.
Indacochea considera que esta situación de la pobreza reabre el debate a la reformulación de los programas sociales. “Tenemos que apoyar Pensión 65 (plan de ayuda económica para mayores de 65 años que no cuentan con una pensión formal) que, si bien no van a superar la pobreza, mejorará en algo la situación. Una ley de recuperación de alimentos como existe en España, donde hay restaurantes caros y supermercados que pueden apoyar a los compatriotas que están en una situación de vulnerabilidad”, mencionó.
Sin embargo, el experto también se refirió a que más allá del asistencialismo, se le debe explicar a la población que la ayuda debe ser retribuida. “Si nosotros creciéramos al 2.1 % en diez años, estaríamos al nivel de lo que estábamos en el 2014. De acá a 22 o 25 años, seguiríamos con el 20 % de pobreza. Al ritmo que llevamos, no vamos a solucionar este problema”, opinó.
Indacochea instó a que se implemente un plan nacional de austeridad en todos los sectores del Estado peruano, con el fin de trabajar en estrategias para reducir las brechas sociales que se han elevado más en los últimos años.
Falta de inversiones
La exministra de economía, Mercedes Aráoz, explicó a la VOA que el retroceso en la reducción de la pobreza se ha dado, fundamentalmente, por la falta de gestión pública en 2022. “Se paralizaron las inversiones privadas que siguen cayendo. La tasa del PBI (Producto Bruto Interno) sigue yendo para abajo. Las proyecciones del Banco Mundial es que el crecimiento será por debajo del 2.5 %”, agregó.
Aráoz resaltó que el aumento de la vulnerabilidad en el país se inició, en buena parte, por el mal manejo que el expresidente Martín Vizcarra (2018-2020) hizo durante la pandemia. “Encerró demasiado tiempo a la población vulnerable que está en el sector informal. Ellos viven en el trabajo del día a día y fueron los más golpeados”, recordó.
La exministra agregó que la recuperación del empleo formal en Perú ha sido muy poca, lo cual tiene repercusión en los ingresos de las familias más vulnerables que también deben padecer el alza de precios de los alimentos. En su opinión, este escenario no fue atendido por el gobierno de Pedro Castillo, quien cumple prisión preventiva tras su decisión de cerrar el Congreso de la República y declarar “gobierno de excepción” el 7 de diciembre del 2022.
“Sin inversión privada, no hay crecimiento económico. Es la que genera el empleo formal que te da las posibilidades de reducir la pobreza de manera más fuerte. Tenemos también una normatividad de leyes para la formalización que no ayuda”, acotó.
La economista además apuntó que se desconoce la visión de la presidenta Dina Boluarte respecto a la reducción de la pobreza. A la vez, Aráoz observa que hay esfuerzos solitarios dentro del gobierno de ministerios, como el de Economía y de Producción, para mejorar sus gestiones.
“El trabajo del Banco Central de Reserva es clave para enfrentar este problema [de la pobreza]. La política fiscal tiene que estar orientada en la recaudación y promover la formalización que pasa por un proceso de cambios que ayude a los pequeños y medianos empresarios a que crezcan y no se queden chicas. La normativa laboral también debería ser más flexible y la inversión privada debe trabajarse más en sectores como turismo, comercio y minero que puedan ayudarnos a tener más ingresos fiscales que consolide el Estado de bienestar que hay en el Perú”, zanjó Aráoz, en alusión a las medidas que a su juicio se deberían implementar a corto plazo.
Responde el gobierno
El ministro de economía, Alex Contreras, ha dicho que el gobierno de Dina Boluarte trabajará en un paquete especial con el fin de reducir la pobreza este año.
“En los últimos ocho años, la pobreza no se movió. La pandemia hizo que se elevará 30% y como sociedad no podemos tolerar que más de nueve millones de peruanos no tengan lo mínimo”, dijo.
Por lo pronto, el gobierno ha promulgado un registro para la mujer jefa del hogar en situación de pobreza o pobreza extrema, que será sistematizado y elaborado por el Ministerio de la Mujer.
¡Conéctate con la Voz de América! Suscríbete a nuestro canal de YouTube y activa las notificaciones, o bien, síguenos en las redes sociales: Facebook, Twitter e Instagram.