El ataque de Hamás contra Israel ha dejado al presidente Joe Biden en medio de una enorme crisis internacional con el riesgo de expandirse y bajo críticas de los republicanos de que las políticas de su administración han llevado a esta disyuntiva.
El potencial de un mayor conflicto podría poner a prueba el liderazgo de Biden tanto en el escenario nacional como internacional, teniendo que demostrar apoyo inquebrantable a Israel y al mismo tiempo la capacidad de forjar una paz en el Medio Oriente, donde simpatizantes de Hamás rápida y vocalmente respaldaron la acción.
El grupo libanés Hezbollah aplaudió el ataque, calificándolo de respuesta a “los crímenes israelíes”. El grupo libanés, que al igual que Hamás está dedicado a la destrucción de Israel, disparó cohetes y artillería contra posiciones israelíes, provocando respuesta de drones israelíes. Un asesor del líder supremo iraní alabó la acción de Hamás.
Varios de los precandidatos republicanos inmediatamente trataron de culpar a Biden por la situación, en particular por su reciente decisión de liberar 6.000 millones de dólares en fondos iraníes congelados a cambio de la libertad de cinco estadounidenses. La Casa Blanca férreamente rechazó las acusaciones republicanas, señalando que el dinero iraní no ha sido usado por Irán todavía y en todo caso solo puede ser usado para fines humanitarios.
Un funcionario estadounidense que habló con reporteros bajo condición de anonimato dijo que “es demasiado pronto como para saber si el Estado de Irán estuvo directamente involucrado en la planificación o el respaldo” al ataque de Hamás, pero destacó que Irán tiene profundos lazos con ese grupo violento.
Biden y sus asesores pasaron el sábado consultando con líderes europeos y del Medio Oriente, incluso el primer ministro israelí Benjamín Netanyahu. En declaraciones a reporteros en la Casa Blanca, Biden calificó los ataques de “inexcusables” y prometió que Israel “tendrá lo que necesite para defenderse”.
“Déjenme decir esto de la manera más clara posible: Este no es el momento para que ningún actor hostil a Israel explote estos ataques para su beneficio”, declaró Biden.
El ataque complica la situación de la administración Biden en momentos en que Estados Unidos está en una creciente disputa con Irán sobre el programa nuclear iraní. Irán asevera que el programa es solo para usos pacíficos pero su enriquecimiento de uranio ahora se acerca más que nunca a fines bélicos. Aun así, Washington no ha perdido esperanzas de revivir el pacto logrado bajo la presidencia de Barack Obama — y abandonado durante la presidencia de Donald Trump — que levantó algunas sanciones contra Irán a cambio de límites al programa nuclear.
Funcionarios estadounidenses al mismo tiempo han estado tratando de forjar un acuerdo de normalización de relaciones entre Israel y Arabia Saudí, algo que podría reacomodar el balance de poderes de la región e impulsar el status de Israel de maneras históricas.
Pero tal acuerdo desde ya se veía difícil ya que Arabia Saudí exigía que Israel realice amplias concesiones a los palestinos. El nuevo conflicto coloca grandes obstáculos a ese acuerdo, aunque el funcionario estadounidense dijo que la Casa Blanca no cree que el ataque de Hamas estropee la iniciativa.
El Ministerio de Relaciones Exteriores de Arabia Saudí no condenó el ataque de Hamas, pero destacó que el reino ha hecho “repetidas advertencias sobre los peligros … de la situación como resultado de la ocupación continua, la privación de los derechos legítimos del pueblo palestino y la repetición de las provocaciones sistemáticas contra sus lugares sagrados”.
Netanyahu, en su propia alocución, prometió una dura respuesta y “llevar la lucha a ellos con una fuerza y magnitud que el enemigo hasta ahora no ha visto”.
Hamas tomó como rehenes a un grupo no determinado de soldados y civiles israelíes, en imágenes espeluznantes colocadas en las redes sociales. Las imágenes y el saldo de muertes ocurren exactamente 50 años y un día después del ataque sorpresa de Egipto y Siria contra Israel, en lo que se llegó a llamar la Guerra de Yom Kipur.
Jonathan Schanzer, analista de la Fundación de Defensa de las Democracias, un instituto académico basado en Washington, dijo que Biden “hizo un buen trabajo” al mantener a raya a los críticos de Israel – particularmente sus correligionarios demócratas – durante el último conflicto con Hamas en el 2021. Pero probablemente ello será más difícil ahora.
“Habrá errores en el campo de batalla, pues ningún ejército es perfecto. Allí es cuando, creo yo, el presidente será criticado por los sectores de izquierda”, dijo Schanzer.
Algunos de los republicanos aspirantes a la candidatura presidencial de su partido para las elecciones del 2024 no perdieron tiempo en culpar a Biden.
El expresidente Donald Trump acusó que el gobierno de Biden es visto como “débil e ineficaz” en el ámbito internacional y que eso animó a Hamas. El gobernador de Florida Ron DeSantis acusó a Biden de “políticas que han sido demasiado indulgentes con Irán” y que “han ayudado a Irán a llenarse de dinero”. Y el senador por Carolina del Sur Tim Scott dijo que el ataque refleja que Irán está usando “el rescate de 6.000 millones de dólares”, en referencia al acuerdo de intercambio de prisioneros.
Los funcionarios estadounidenses rechazaron las acusaciones.
“Seamos claros: El acuerdo para traer a casa a ciudadanos estadounidenses que estaban en Irán no tiene nada que ver con el horroroso ataque contra Israel”, declaró el portavoz del Departamento de Estado Matthew Miller. “Ni un centavo de ese dinero ha sido gastado, y en todo caso, solo puede ser gastado para necesidades humanitarias como alimentos y medicinas”.
Los funcionarios estadounidenses no mencionaron la posibilidad de que Irán, anticipando el uso del dinero — ahora retenido en bancos qataríes — para alimentos, medicinas, equipos médicos y productos agrícolas, pudo haber desviado otros fondos a Hamas u otras milicias aliadas.
En una sesión con la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado el sábado, funcionarios estadounidenses dijeron que Estados Unidos le advirtió a Irán “mediante intermediarios” que un involucramiento directo en la situación en Gaza pondría en peligro cualquier iniciativa futura con la República Islámica, según una fuente legislativa.
Los funcionarios no dieron detalles sobre quiénes eran esos intermediarios y cuáles serían esas futuras iniciativas, pero la subsecretaria de Estado Victoria Nuland y la máxima diplomática norteamericana en el Medio Oriente, Barbara Leaf, hablaron ambas con funcionarios libaneses sobre la situación. Algunos funcionarios libaneses mantienen contacto con Irán, que apoya a Hezbollah.
Los republicanos también denuncian que la decisión del gobierno de Biden de anular la medida de Trump de acabar con la asistencia a los palestinos, inclusive los que viven en Gaza, pudo haber ayudado con la planificación del ataque.
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