Llegar a Susya es complicado para quien no conoce la zona. El GPS suele fallar y se termina llegando al pueblo del mismo nombre, pero custodiado por militares israelíes, en el que viven colonos judíos y que está formado por viviendas más confortables.
La otra Susya, la más recóndita, es un revoltijo de chozas dispersas en medio de las áridas tierras del sur de Hebrón. Un lugar castigado por un sol intenso, al que se accede por caminos de tierra que han sido cortados con piedras enormes, en un intento por frenar un poco las constantes agresiones de los colonos israelíes.
En el poblado vive con su familia el joven activista palestino Mohamed Nawajhaa, quien afirma que “cada día hay más tensión en la zona", al tiempo que se queja de que “la vida es cada vez peor para nosotros (los aldeanos palestinos) desde el 7 de octubre”.
La violencia en la Cisjordania ocupada, principalmente debido a las agresiones de colonos y las redadas de soldados israelíes, se ha cobrado la vida de más de 160 palestinos desde que comenzó el conflicto entre Israel y Hamás, hace ya un mes. Al menos ocho de ellos han sido víctimas de ataques de pobladores judíos. Cientos de palestinos han tenido que abandonar sus tierras ancestrales y otros muchos han sido detenidos.
Según Naciones Unidas, la violencia de los colonos judíos -que viven en asentamientos en Cisjordania considerados ilegales por la comunidad internacional- contra palestinos en ese territorio ha aumentado de tres a siete incidentes diarios de media en el último mes.
“Desde las atrocidades cometidas por Hamás el 7 de octubre, los colonos han estado aprovechando la falta de atención pública hacia Cisjordania, así como la atmósfera general de ira contra los palestinos, para intensificar su campaña de ataques violentos” informa la oenegé israelí B’tselem.
Esta nueva ola de agresiones ha obligado a más de 800 palestinos de 15 comunidades en las zonas rurales de Cisjordania ocupada a desplazarse de sus hogares, según datos de la Oficina de Coordinación Humanitaria de la ONU (OCHA), que ha documentado más de 200 agresiones de colonos desde que comenzó la guerra entre Israel y las milicias islamistas de Gaza.
Muchos palestinos más podrían tener que huir en los próximos días si no se toman medidas inmediatas, alertan organizaciones de derechos humanos.
Mohamed cuida de su familia y del ganado que tienen en la aldea, pero no sale de Susya por temor a que los colonos o el Ejército de Israel vengan a echarlos de sus casas. “Es imposible saber quién es quién, todos van de uniforme y algunos se tapan la cara”, comenta. “Han destrozado dos pozos de agua y la gente tiene miedo de recoger las aceitunas, vamos a perder la cosecha”, se lamenta.
Las agresiones a la aldea provienen, fundamentalmente, del asentamiento judío edificado a pocos cientos de metros. Ambos enclaves están muy cerca uno del otro, lo que empeora la situación para los aldeanos palestinos. Además, los colonos israelíes están armados y protegidos por el Ejército. Los palestinos no.
“Aquí no tenemos armas”, afirma Mohamed y prosigue, “nuestra única defensa son los periodistas y los activistas que vienen a dormir cada noche a la aldea para documentar las agresiones”. “No tenemos más escudo”, concluye.
Israel cierra cerco a Gaza, los niños pagan el peor precio
Desde el ataque de sorpresa de Hamás, en el que según fuentes oficiales murieron unos 1.400 israelíes -entre ellos 1.100 civiles-, Tel Aviv ha librado una guerra sin cuartel en la Franja, sobre todo en la ciudad de Gaza, el mayor asentamiento del área y bastión del grupo islamista.
Las Fuerzas de Defensa de Israel (IDF en inglés) entraron a la Franja el pasado 27 de octubre después de días de intenso bombardeo, que no ha cesado desde el pasado 7. Este miércoles las tropas israelíes rodean Gaza en busca de militantes y líderes extremistas, en un esfuerzo por descabezar a la guerrilla islamista.
"Han sido dos largas semanas de combates. No es una operación, es una guerra", dijo este miércoles a un grupo de periodistas el teniente coronel Ido, subcomandante de la brigada 401 de las IDF que no dio su apellido. "Va a durar mucho tiempo, hasta que Hamás ya no exista".
Mientras organizaciones internacionales como la ONU e incluso gobiernos reclaman un cese al fuego, el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu se ha negado aduciendo que su gobierno no considerará detener los ataques mientras Hamás no devuelva a los más de 200 rehenes que llevó a su territorio tras la invasión sorpresa.
Netanyahu sí se ha mostrado abierto a "pausas tácticas", después de conversaciones con el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, que ha prometido su irrevocable apoyo a Israel, al tiempo que trata de ejercer de mediador para evitar un escalamiento de hostilidades en el Medio Oriente.
Hamás tampoco se muestra favorable a un alto en la lucha mientras se continúe bombardeando Gaza.
Las IDF destacan que han advertido repetidamente a los civiles que abandonen el norte, donde se encuentra la ciudad de Gaza, y se dirijan al extremo sur del enclave.
"Así que sabemos que todos los que están aquí son nuestros enemigos. No hemos visto ningún civil aquí. Sólo Hamás", dijo a la prensa el teniente coronel Ido, de pie en una habitación infantil muy dañada y pintada de rosa, situada en lo que queda de una urbanización palestina abandonada.
Según las últimas cifras publicadas el miércoles, 31 soldados israelíes han muerto durante la ofensiva terrestre en Gaza y más de 260 resultaron heridos. El ministerio de Salud palestino informó por su parte que las fuerzas israelíes han matado a 10.569 personas en Gaza desde el 7 de octubre, el 40 % de ellos niños.
Para la oenegé Save the Children, una de las muchas que tratan de coordinar ayuda humanitaria al enclave, "un alto al fuego no sólo es posible, sino necesario".
"En estos momentos no existe ningún espacio seguro en Gaza. Gaza tiene 2,3 millones de habitantes, la mitad de ellos niños. Entonces, hay 1,1 millones de niños que actualmente se ven afectados. Es uno de los lugares más densamente poblados del planeta. Y no hay camino ni en el norte ni en el sur que sea seguro", dijo a la Voz de América, el director para los Territorios Palestinos de la oenegé, Jason Lee.
Lee insistió en que cada 10 minutos un niño muere en Gaza, donde también un menor resulta herido cada cinco minutos.
"Quiero subrayar que los niños de Gaza no tienen tiempo. Hace dos semanas, cada 15 minutos moría un niño. Esta semana muere un niño cada 10 minutos", advirtió.
[Con información de Reuters]