El comienzo del partido entre Brasil y Argentina, el más emblemático del fútbol sudamericano, se demoró el martes, tras una serie de enfrentamientos entre hinchas en las gradas del estadio Maracaná, a lo que siguió la intervención de policías que golpearon a algunos espectadores.
La ceremonia de los himnos nacionales había comenzado cuando estallaron los choques en el Maracaná. Jugadores de ambas selecciones se acercaron a la zona de la tribuna donde se presentaban los enfrentamientos más intensos.
Se pudo ver al arquero argentino Emiliano Martínez se acercó al borde de la grada para reclamare a la policía que pusieron un alto a la violencia. Luego, el astro argentino Lionel Messi hizo una indicación al árbitro, y los jugadores de los vigentes campeones mundiales se marcharon a los vestuarios.
Después de media hora de demora y la intervención en la cancha de dirigentes de la federación argentina, el partido por las eliminatorias mundialistas de Sudamérica pudo arrancar.
El Maracaná estaba repleto al agotarse las 69.000 entradas que fueron puestas a la venta.
En el previo Brasil-Argentina por las eliminatorias, en septiembre de 2021, el partido fue suspendido en medio del caos en un estadio de Sao Paulo por el incumplimiento de los protocolos contra la pandemia de coronavirus. Funcionarios brasileños de sanidad pública ingresaron a la cancha, apenas unos minutos después del silbatazo inicial, para constatar si cuatro jugadores argentinos habían cumplido con el requisito de cuarentena.