Un estudiante universitario de Florida usa datos públicos y redes sociales para rastrear los vuelos privados de multimillonarios, políticos y otras celebridades, algo que parece incomodar a Taylor Swift.
A finales de diciembre, el equipo de Swift se aproximó a Jack Sweeney, un estudiante de tercer año de tecnología de la información en la Universidad de Florida Central, con una carta de cese y desista que culpaba a su rastreo automatizado del jet privado de Swift por alertar a acosadores sobre su ubicación.
En la carta, integrantes del bufete de abogados Venable acusaron a Sweeney de proporcionar a “individuos con la intención de dañarla, o con intenciones nefastas o violentas, una hoja de ruta para llevar a cabo sus planes”.
Sweeney dio acceso a The Associated Press a la carta en un correo electrónico. En ese mensaje, enfatizó que, si bien nunca ha tenido la intención de causar daño, cree firmemente en la importancia de la transparencia y la información pública.
“Se podría esperar razonablemente que su avión fuera rastreado, ya sea yo o no quien lo haga, pues al final de cuentas es información pública”, escribió.
Un portavoz de Swift hizo eco de la denuncia legal, diciendo que “la sincronía de los acosadores” sugiere una conexión con los sitios de seguimiento de vuelos de Sweeney. El portavoz no respondió a preguntas para detallar esa acusación, como por ejemplo si se ha visto a acosadores esperando a Swift en el aeropuerto cuando llega su avión o si hay evidencia de que los acosadores han inferido de alguna manera la ubicación posterior de Swift a partir de la hora de llegada de su vuelo.
La carta de los abogados también acusa a Sweeney de “ignorar la seguridad personal de los demás”; “acoso deliberado y reiterado a nuestra clienta”; y una “conducta intencional, ofensiva y escandalosa y violaciones constantes de la privacidad de nuestra clienta”.
Sweeney dice que su configuración de seguimiento automatizado agrupa datos de vuelo públicos que transmiten los jets privados utilizando un método llamado ADS-B; tales transmisiones son requeridas por la Administración Federal de Aviación (FAA por sus siglas en inglés), una agencia gubernamental. Aficionados han recopilado por años estos datos para el seguimiento de aeronaves sin incidentes.
Sin embargo, los abogados de Venable han exigido a Sweeney que “deje de proporcionar inmediatamente información sobre la ubicación de nuestra clienta al público”.
En un momento dado, Sweeney tenía más de 30 cuentas de este tipo en Twitter, la red social que cambió su nombre a X después de que el empresario Elon Musk la comprara por 44.000 millones de dólares en 2022.
Musk tuvo su propia polémica con Sweeney, tuiteando que su compromiso con la libertad de expresión le exigía no prohibir la cuenta de @elonjet de Sweeney, a pesar de que la consideraba “un riesgo directo para la seguridad personal”.
Pero no pasó mucho tiempo antes de que Musk cambiara abruptamente de opinión y bloqueara al estudiante de X, acusando a Sweeney de poner en peligro su seguridad personal.
Sweeney volvió con la cuenta @ElonJetNextDay, que ahora publica la información del jet privado de Musk, pero con un retraso de 24 horas para apegarse a las normas de X. También tiene su cuenta personal activa @Jxck_Sweeney.
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