Organizaciones periodísticas coinciden en que el trabajo de los periodistas y los medios de comunicación colombianos gozan de “prestigio” en la región, pero que es un país donde la violencia, las amenazas, la estigmatización y la precariedad de los recursos para mantenerse siguen amenazando el ejercicio de esta profesión.
Roberto Rock, presidente de Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), dijo en entrevista con la Voz de América que el periodismo colombiano “tiene un enorme prestigio en el continente” y que junto a países como Argentina o Brasil “han demostrado a la región y al mundo que hacen periodismo de alto nivel”. No obstante, explicó que, como está pasando en todo el mundo, “ese periodismo está sometido a presiones muy importantes económicas, financieras, de sostenibilidad, pero también de presión política”.
“Es muy difícil hacer buen periodismo en nuestros países, en América Latina en este momento, pero creo que el periodismo colombiano en sus distintos aspectos, no solamente las grandes cabeceras, sino insisto en los colectivos, etcétera, siguen dando muestras de cómo hacer periodismo para la región”, añadió Rock.
A pesar de las limitaciones y los desafíos, el periodismo en Colombia continúa encontrando “espacios para la investigación, para profundizar en debates” y es un país donde siguen naciendo nuevas apuestas" de medios digitales con agendas y audiencias diferentes, resaltó Jonathan Bock, director de la Fundación para la Libertad de Prensa (FLIP) a la VOA.
Datos de Reporteros Sin Fronteras del año pasado indican que Colombia ascendió seis posiciones en la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa, pasó del 139 al 145, y se ubica en el puesto 15 entre los 19 países latinoamericanos evaluados. Desde una visión regional, refleja un contexto menos restrictivo para los periodistas en esta nación, que en países como Venezuela, Nicaragua, Cuba y Honduras.
Asesinatos, amenazas y estigmatizaciones
El viernes 9 de febrero, fecha en la que anualmente se conmemora el Día del Periodista en Colombia, la FLIP publicó la octava edición de su publicación Páginas para la libertad de expresión, la cual incluye el balance sobre las agresiones a la prensa durante el 2023 y el cual documentó 460 casos de ataques que dejaron como víctimas a 505 periodistas. Dentro del total de las agresiones se encuentran 158 amenazas.
“Colombia sigue siendo un país violento y particularmente, en ciertas regiones, donde los más vulnerables son los periodistas comunitarios de medios locales que también tienen un liderazgo”, afirmó Jonathan Bock. En este sentido, agregó, los impactos sobre el ejercicio periodístico en Colombia “siguen siendo alarmantes”, sobre todo en contextos de interés público como las elecciones, la seguridad y la corrupción.
En las elecciones locales de 2023 se registraron 55 agresiones (catorce más que en las mismas elecciones de 2019), en las que 61 periodistas fueron agredidos tanto en el cubrimiento que hicieron de las campañas.
Según la FLIP, grupos armados, particulares y desconocidos se encuentran a la cabeza de estas agresiones. El año pasado, el principal agresor de la prensa en el país fueron los funcionarios públicos, con 27 % de los casos; mientras cerca del 20 % de la violencia registrada provino de grupos armados ilegales, “quienes en su expansión, disputa y hegemonía territorial buscan controlar la información de las zonas en las que hacen presencia”, dijo la FLIP.
En el 2023, 530 periodistas fueron agredidos, a través de amenazas, obstrucciones al trabajo periodístico, estigmatización, casos de acoso judicial. Es un total “preocupante”, pues se habla “de una agresión diaria contra un periodista que lo que busca es informar”, explicó Bock.
La amenaza es la forma de agresión más recurrente contra la prensa en Colombia.
Esta tendencia de incremento de amenazas a periodistas disminuyó en 2023, cuando se presentaron 158, aunque que sigue siendo elevado si se compara con los registros de la Fundación cinco años atrás. Periodistas de todo tipo de medios fueron objetos de estas amenazas concentradas en Bogotá (20), Antioquia (19), y Arauca (17).
En 20 de los 32 departamentos del país se registraron agresiones por parte de actores armados con presencia en gran parte del país, quienes realizaron 81 agresiones a periodistas por razones vinculadas a su oficio, reseña el informe.
En el país, además se ha acrecentando la tensión, que también se ve en diferentes países de América Latina, sobre “una disputa por el control de las narrativas, que viene entre gobiernos y diferentes actores, entre ellos los medios de comunicación y periodistas” que, aunque en ciertos momentos el discurso “puede desnudar los problemas de veracidad que tiene el periodismo”, es una guerra que termina generando una estigmatización del gobierno interesado “en que sea su versión de los hechos, su historia, la que prevalezca sobre el resto de información”.
Los asesinatos
En los últimos 18 meses, cuatro periodistas fueron asesinados en el país. El año pasado, la Fundación también documentó un asesinato que, según Bock, no solo refleja la situación en el 2023, sino que muestra “la tendencia de lo que ha pasado en los últimos años, particularmente después de la firma del Acuerdo de Paz, donde hubo un aumento de las amenazas”.
Pero, además, son casos “donde no ha habido una reacción por parte del gobierno y donde no ha habido un acompañamiento para pensar qué pasa después de ese asesinato en ciudades, en regiones donde no hay otros medios”, agregó el director de la FLIP.
Según el Índice de Chapultepec 2022, un barómetro elaborado por la SIP, que mide las acciones institucionales en materia de libertades de expresión y de prensa en 22 países del continente, y que se construye con base en vectores que afectan a la libertad de expresión de los distintos países, Colombia está en la categoría de “restricción de la libertad de prensa”.
Como explicó el presidente de la SIP la VOA, “cuando hay violencia física, acoso judicial, acoso político contra periodistas, el índice lo castiga también y son las agendas pendientes por parte del Estado colombiano”.
Por otro lado, aún existe miedo de profesionales que viven en regiones donde se les impide hablar y que, según explica Bock, no solo se fomenta la autocensura por temor a la represalias, sea de funcionarios, grupos armados o particulares, sino que terminan generando “regiones que parecen estar condenadas a que se mantenga ese silencio”.
La crisis de los medios
Como en diversas partes del mundo, la crisis financiera no ajena a los medios colombianos. Werner Zitzmann, Director Ejecutivo de la Asociación Colombiana de Medios de Información (AMI), afirmó a la VOA que este panorama “ahondado un poco por la situación de la crisis económica mundial, regional y local que tenemos en este momento, ha conllevado a disminuciones importantes de presupuestos, de inversión en publicidad para la sostenibilidad”.
El cambio en el patrón de consumo de noticias por parte de la gente, el cambio tecnológico, la crisis del modelo de sobrevivencia o de sostenibilidad de los medios de comunicación, explicó Rock, todo está en detrimento por parte de la industria periodística.
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