La policía peruana anunció el viernes la liberación de seis niños venezolanos secuestrados por un brazo local de la banda transnacional venezolana Tren de Aragua con el fin de obligar a sus madres a prostituirse o llevar mercancías ilegales.
Aunque los secuestros han aumentado en Perú, es el primer caso conocido en la prensa sobre el rapto de menores por parte de delincuentes para coaccionar a sus familiares cercanos a continuar siendo víctimas de trata sexual.
La coronel Carol Vigo, jefa de división policial de Chimbote, una ciudad a 372 kilómetros al norte de Lima, dijo a la prensa local que tres madres venezolanas denunciaron el secuestro a inicios de semana. Añadió que los delincuentes ingresaron a un hotel en Chimbote, donde estaban las tres madres y se llevaron a los niños.
Vigo precisó que la organización criminal “viene trayendo mujeres a través de la trata de personas y ellas son presionadas para ejercer la prostitución o encargarse del transporte de sus mercancías ilegales”.
La reacción de la policía logró capturar primero a dos miembros del grupo delincuencial Los Gallegos —brazo local del Tren de Aragua, según autoridades— y luego en la víspera hallar a los niños en un barrio pobre llamado Florencia de Mora, distante a 116 kilómetros de Chimbote.
Un video difundido por la policía mostró el momento del rescate de los menores, quienes estaban en una sala ubicada en el segundo piso de una casa. La policía rompió la puerta de entrada al domicilio, subió por unas escaleras y halló a los menores quienes dormían en un colchón y eran vigilados por otras seis personas, incluidas dos mujeres.
La policía peruana afirma que el método para captar a adolescentes y mujeres jóvenes en Venezuela como víctimas de trata de personas se realiza usualmente a través de las redes sociales o usando a una connacional que las convence bajo una falsa oferta de trabajo en Perú.
Sin familia y en absoluto desarraigo son sometidas en territorio peruano por sus captores que las explotan sexualmente, bajo coacciones de diversas formas, que incluyen las amenazas de muerte, el secuestro de sus pequeños hijos o incluso son asesinadas para aleccionar a las sobrevivientes.
El aumento de los secuestros en Perú ha provocado que la policía y la fiscalía coordinen estrategias conjuntas para enfrentar este delito, informó el jueves el fiscal Jorge Chávez, coordinador nacional de las fiscalías especializadas contra la criminalidad organizada.
Según datos oficiales difundidos por la fiscalía peruana, en 2023 hubo 4.060 denuncias por secuestro, mientras en 2022 otras 3.398 denuncias, en 2021 se registró 2.860 denuncias y en 2020 un total 1.698 denuncias.
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