Nayib Bukele, quien fue reelecto con amplia mayoría presidente de El Salvador, dijo en un mensaje a la nación desde el Palacio Nacional el 4 de febrero, la noche de las elecciones, que "en la historia del mundo" nunca un proyecto había ganado con la cantidad de votos que obtuvo, que se trataba "literalmente" del "porcentaje más alto de toda la historia".
Este discurso es engañoso. Aunque es cierto que obtuvo uno de los porcentajes más altos de una elección presidencial en El Salvador, otros candidatos salvadoreños y del resto de Latinoamérica han sobrepasado la cantidad de votos y el porcentaje obtenidos por Bukele, en distintos contextos históricos y con diferencias del padrón electoral entre cada país.
En su discurso el 4 de febrero Bukele dijo:
“Este día, El Salvador ha roto todos los récords de todas las democracias, en toda la historia del mundo”.
“En toda la historia del mundo, desde que existe la democracia, nunca un proyecto había ganado con la cantidad de votos que hemos ganado este día”.
“Es literalmente el porcentaje más alto de toda la historia, es la diferencia entre el primero y el segundo lugar más alto en toda la historia, y no solo hemos ganado la Presidencia de la República por segunda vez con más del 85 % de los votos, sino que hemos ganado la Asamblea Legislativa con 58 de 60 diputados, como mínimo, es posible que sea más”.
“Sería la primera vez que en un país exista un partido único, en un sistema plenamente democrático. Toda la oposición junta quedó pulverizada”.
El discurso fue transmitido en vivo a través de las redes sociales. Solo en Facebook se ha visualizado más de 1,6 millones de veces en su transmisión inicial, suma más de 46.000 comentarios y supera los 140.000 me gusta. En X se estimaron más de 800.000 espectadores en la transmisión. El mensaje fue replicado por agencias y medios de comunicación. Su equipo de comunicación hizo una versión con subtítulos en inglés que tiene más de 1,7 millones de vistas.
Bukele hizo el anuncio sin esperar los resultados oficiales del Tribunal Supremo Electoral (TSE). Seis días después de la elección, fue declarado ganador con un 82,6 % de apoyo respecto a los votos válidos, y un 43 % respecto al padrón electoral.
Mayores porcentajes de votos y participación
Los datos del TSE muestran que Bukele ganó la elección con 2,7 millones de votos, que representa el 82,6 % de los votos válidos y un 43 % de apoyo del universo apto para votar. Es decir, cuatro de cada 10 salvadoreños empadronados votaron por Bukele.
Otros mandatarios en otros países han obtenido mayores porcentajes de votos, si se compara el número de votos con el padrón electoral, según un análisis de Lab Dat en alianza con los medios salvadoreños La Astilla y Voz Pública.
En 2009, Morales ganó la reelección en Bolivia con el 57 % de los votos. En 2011, Ortega obtuvo el 46,7 % de apoyo. En 2006, Hugo Chávez en Venezuela obtuvo el 45,9 %.
Para el análisis no se tomaron en cuenta los votos totales, pues las poblaciones en estos países varían, y la de El Salvador es una de las más bajas de Latinoamérica.
Por otro lado, del padrón electoral de El Salvador, el 52 % fue a votar. Es decir, un poco más de la mitad de los empadronados acudieron a las urnas.
Para las elecciones presidenciales de 2009 en Bolivia, el 94% del padrón electoral acudió a votar. En 2013, cuando Rafael Correa ganó las elecciones en Ecuador, el 81% de los ecuatorianos aptos para votar acudieron a las urnas. Lo mismo ocurrió con Chávez y Ortega en 2006 y 2011, cuyos porcentajes de participación superaron el 73%.
Otro que obtuvo un porcentaje de votos superior al de Bukele fue Juan José Arévalo, padre del actual presidente guatemalteco, Bernardo Arévalo, quien fue electo presidente de Guatemala en 1944 con un 86.3 % de apoyo y una asistencia del 97 % del padrón electoral.
En México, dos candidatos del PRI obtuvieron más del 85 % de los votos: Adolfo López Mateos, en 1958, con el 90.45 % de apoyo y más de 6 millones de sufragios, y Gustavo Díaz Ordaz, en 1964, con el 88.5 % de apoyo y más de 8 millones de votos.
En Nicaragua, Anastasio Somoza Debayle del PLN obtuvo 91.7 % en 1974, con más de 700.000 sufragios, según el libro Elections in the Americas: A Data Handbook (Dieter Nohlen, 2005).
Expresidentes populares de El Salvador
Aunque Bukele ha superado los niveles de popularidad de los exmandatarios de la posguerra, algunos historiadores y expertos consultados por la VOA dan cuenta de que en el pasado, El Salvador ha celebrado elecciones con un apoyo superior al recibido por Bukele.
En 1907, 1915 y 1919 los ganadores de las elecciones presidenciales de El Salvador obtuvieron más del 95 % de los votos válidos, de acuerdo con datos históricos de La Prensa Gráfica proporcionados a la Voz de América por el periodista y docente universitario Edwin Segura.
Por ejemplo, en la votación de 1919 cuando ganó el candidato Jorge Meléndez, el apoyo de los electores a su candidatura fue del 96.6 %, con 186.377 sufragios.
En esos años el padrón electoral era mucho menor. A diferencia de ahora, que se vota con base en el documento de identidad, en esos años votaban únicamente los ciudadanos que tenían cédula de vecindad, explicó Segura.
Esas elecciones se daban en ambientes “antidemocráticos” donde se inhabilitaba a candidatos o se generaba gran hostilidad hacia la oposición, apuntó Segura.
“Llegaban y se alineaban frente a la mesa de quienes simpatizaban. No había partidos políticos, por eso aparecen nombres, porque se votaba por la persona y se votaba principalmente a viva voz. La mayoría de la gente no participaba de la elección, pero los contendientes tenían esas victorias, principalmente porque siempre eran unas elecciones bien disparejas”, señaló.
Asimismo, en 1976 y 1978, el PCN (anteriormente llamado Partido de Conciliación Nacional), conocido en la historia de El Salvador por ser el “partido de la dictadura militar”, logró más del 90 % de apoyo en la Asamblea Legislativa.
Para Héctor Lindo-Fuentes, historiador salvadoreño y profesor emérito en la Universidad de Fordham, Nueva York, la afirmación de que “ningún presidente” en “la historia del mundo” ha tenido tantos votos como Bukele es relativo, dado que se tienen registros de que en las elecciones de 1923 en El Salvador un candidato, Alfonso Quiñones Molina, "reportó" más del 100 % de los votos.
En esas elecciones, que entonces duraban tres días, el presidente electo dio una cifra de votos a su favor mayor al número de votantes registrados por las autoridades. "Es decir, tenemos el caso de un presidente en el siglo XX que si uno lee los comunicados oficiales, sin ningún tipo de escepticismo, tiene que aceptar que tuvo más del 100 % de los votos”, dijo Lindo-Fuentes.
También está el caso del expresidente salvadoreño Maximiliano Hernández Martínez, quien se reeligió en dos ocasiones y bajo dos escenarios distintos, explicó el historiador salvadoreño Gerardo Monterrosa, investigador del Centro de investigaciones Multidisciplinarias sobre Chiapas y Centroamérica (CIMSUR-UNAM).
"Martínez se reeligió primero en 1939 y luego en 1944. En 1939 tuvo un escenario favorable. (...) En el 44, su gobierno ya no gozaba de legitimidad, entonces duró muy poco. La reelección fue en enero y se vio forzado a renunciar en mayo de 1944”, dijo Monterrosa a la Voz de América.
Fallas en el conteo de votos
Una falla en el sistema de conteo de votos y transmisión de resultados provocó que el 4 de febrero, unas horas después de las elecciones, los votos publicados por el TSE eran más que los permitidos por el padrón electoral, es decir, había más votos que votantes, lo cual fue destacado por algunos partidos de la oposición y analistas.
Dos días después de las elecciones, el TSE admitió que los sistemas de conteo de votos y transmisión de resultados fallaron, aunque no especificó el origen de la falla. Medios locales reportaron que tras el cierre de las urnas no hubo acto de puesta a cero del sistema como se acostumbra en las elecciones. Además, el sitio de internet que debía transmitir los resultados solo estuvo accesible cuatro horas después del cierre de las urnas y ya entonces las actas ingresadas contenían datos duplicados o triplicados en algunos departamentos.
“Pese a todos los esfuerzos institucionales realizados no fue posible concluir de la manera esperada. Algunos inconvenientes dificultaron que la trasmisión fluyera como se tenía previsto”, dijo la presidenta del TSE, la magistrada Dora Martínez, el 6 de febrero pasado.
Manuel Alcántara Sáez, politólogo experto en elecciones y la región, y profesor emérito de la Universidad de Salamanca, dijo que Bukele mostró una “absoluta falta de respeto” al árbitro electoral por brindar resultados de las elecciones presidenciales y de la Asamblea antes de que se pronunciara la autoridad de forma oficial.
Alcántara cuestionó también que Bukele haya señalado que es la primera vez en la historia que “existe un partido único, en un sistema plenamente democrático”.
Según el analista, el Partido Revolucionario de Unificación Democrática en El Salvador y el Partido de Conciliación Nacional decían también que eran regímenes democráticos pero en realidad "eran partidos únicos, eran partidos que tenían el 80 % de la intención popular".
De acuerdo con la encuesta del Latinobarómetro 2023, al 62.8 % de los salvadoreños no les importaría que hubiera un gobierno no democrático en El Salvador mientras resuelva los problemas del país.
Reelección controversial
Monterrosa, el historiador, dijo que en la historia salvadoreña del siglo XX, "desde 1944 nadie había intentado reelegirse". La reelección de Bukele se dio porque la Sala de lo Constitucional hizo "una interpretación torcida de ciertos artículos que prohíben la reelección", dijo.
El historiador detalló que El Salvador vivió un periodo de dictadura militar con la llegada del Partido de Conciliación Nacional, pero ninguno de los expresidentes pensó en la reelección. No fue sino hasta Hernández Martínez que el tema salió a la palestra porque logró reelegirse.
La reelección de Bukele fue controversial. Sus críticos señalaron que la reelección está prohibida por la Constitución, pero la de Bukele fue avalada por los jueces de la Corte Plena.
La popularidad de Bukele se debe en buena parte a su controvertida “guerra contra las pandillas”, que ha impuesto un régimen de excepción señalado por organismos de derechos humanos. El Salvador dejó de tener uno de los índices de criminalidad más altos de Latinoamérica para tener uno de los más bajos actualmente.
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