La carrera por la nominación presidencial republicana en 2024 sigue siendo un asunto de dos personas, aunque se desconoce cuánto tiempo seguirá siéndolo después de que el expresidente Donald Trump derrotó a la exgobernadora de Carolina del Sur Nikki Haley el sábado en su propio estado por un margen del 59,8 % al 39,5 %.
Trump ha ganado las cinco primarias y caucus celebrados a la fecha, y desde ahora y hasta el 5 de marzo, otros 20 estados y territorios de Estados Unidos celebrarán sus contiendas de nominación. Entre ellos se incluyen California y Texas, ricos en delegados, lo que hace posible, incluso probable, que para finales de la primera semana del próximo mes, Trump haya acumulado una ventaja casi insuperable.
Haley, sin embargo, ha indicado que tiene la intención de permanecer en la carrera al menos hasta las elecciones del próximo martes, continuando con sus ataques contra el ex presidente, quien actualmente enfrenta 91 cargos criminales separados en cuatro jurisdicciones diferentes, incluso cuando intenta retomar la elección a la Casa Blanca en noviembre venidero.
“Soy una mujer de palabra”, dijo Haley a una multitud en Charleston, Carolina del Sur, después de la votación ocurrida allí. "No voy a renunciar a esta lucha cuando la mayoría de los estadounidenses desaprueban tanto a Donald Trump como a (el presidente) Joe Biden".
Haley dijo que los estados restantes “tienen derecho a una elección real, no a una elección al estilo soviético con un solo candidato. Y tengo el deber de darles esa opción”.
El dinero importa
“Lo que determina si puede continuar o no es básicamente si la gente continúa dándole dinero para que pueda permitirse el lujo de hacer campaña”, dijo a la Voz de América John Mark Hansen, profesor de Ciencias Políticas en la Universidad de Chicago.
Sin embargo, después de su derrota en Carolina del Sur, Haley perdió al menos un patrocinador financiero importante. Americans for Prosperity (AFP, por sus siglas en inglés), una organización de defensa política financiada por el multimillonario conservador Charles Koch, anunció el domingo que ya no le financiaría su campaña.
"Nikki Haley nos ha demostrado una y otra vez que tomamos la decisión correcta al apoyar su candidatura y sigue contando con nuestro firme respaldo", escribió la presidenta de la AFP, Emily Seidel, en un comunicado público anunciando la retirada del apoyo.
"Pero dados los desafíos en los estados primarios que se avecinan, no creemos que ningún grupo externo pueda marcar una diferencia material para ampliar su camino hacia la victoria".
Debilidad oculta
Si bien Trump ha ganado las cinco contiendas de nominación republicana por amplios márgenes, al mirar hacia las elecciones generales, los expertos dijeron a la VOA que es importante considerar el contexto en el que se han llevado a cabo estas votaciones.
La carrera por la elección presidencial republicana de 2024 no se parece a ninguna contienda de nominación que haya celebrado un importante partido político estadounidense en más de 100 años, en el sentido de que en la boleta figura un expresidente.
Desde que Grover Cleveland se postuló como candidato demócrata en 1892, un presidente que no fue reelegido después de terminar un mandato en 1888, ningún expresidente había vuelto a postularse para la nominación de su partido.
Como presidente y candidato presidencial más reciente del partido, Trump ha dirigido su campaña como si fuera un el auténtico y único aspirante. Por ejemplo, se negó a debatir con cualquiera de los otros candidatos a la nominación, incluida Haley, sosteniendo que deberían hacerse a un lado y permitirle reclamar la nominación.
Sin embargo, el total de votos del expresidente en las contiendas por la nominación hasta ahora ha sido considerablemente menor de lo que uno podría esperar que recibiera un titular. Su resultado del 60 % en Carolina del Sur fue más que suficiente para derrotar a Haley, pero se compara como desventajoso respecto al 96 % de los votos que Joe Biden recibió de los votantes demócratas del estado esa misma noche.
Descontento republicano
Grant Reeher, director del Instituto de Asuntos Públicos de Campbell y profesor de Ciencias Políticas en la Universidad de Syracuse, dijo a la VOA que las cifras de Trump sugieren brechas significativas en su apoyo entre los votantes republicanos.
“Incluso entre los votantes de las primarias republicanas, hay un 40 % de personas en ese estado que prefirieron a Haley antes que a Trump”, dijo. “Entonces, teniendo en cuenta que Trump es un expresidente, tiene cuatro años de historial presidencial y perdió una elección bastante reñida en 2020, a pesar de todas esas cosas, hay una parte importante del Partido Republicano que no está contenta con él.
"Eso podría sugerir cierta debilidad en su apoyo y ciertamente tiene algunas ramificaciones sobre cómo probablemente le irá en una elección general", valoró Reeher. "Está ganando cómodamente la nominación, pero hay claros indicios de que hay grietas en la estructura cuando pensamos en cómo le iría en una elección general".
¿Se convencerán los votantes?
Hansen, de la Universidad de Chicago, estuvo de acuerdo en que si se juzga a Trump según los estándares de un presidente en ejercicio, sus resultados en las primarias no han sido impresionantes. Sin embargo, añadió que cuando llegue el momento de las elecciones generales, espera que muchos de los republicanos que actualmente expresan una preferencia por un candidato diferente votarán finalmente por el candidato de su partido.
"Yo diría que la mayoría aceptará", vaticinó Hansen. “Esa es la naturaleza del partidismo. Una vez que se ha determinado al candidato, la pregunta ya no es "¿A quién preferiría ver como presidente entre las personas que más o menos comparten puntos de vista conmigo?" Es: '¿quiero al chico de mi partido o quiero al chico de la otra parte? "
Aún así, explicó, dado lo reñido de las dos últimas elecciones presidenciales, incluso perder un poco del apoyo de su partido podría ser un problema importante para Trump en noviembre.
"Hay una fracción no tan insignificante del partido que no se va a reconciliar con Trump", señaló. “Y ahora estamos en una situación en la que los partidos están tan igualados a nivel nacional que eso puede importar. Puede importar si simplemente deciden no participar. O puede importar si deciden, como muchos lo hicieron en 2020, que si la alternativa es Trump, votarán por un demócrata por primera vez en su vida”.
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