China aspira a lograr un crecimiento económico del 5 % este año, dijo el martes el primer ministro, Li Qiang, que reconoció que será un objetivo complicado en tiempos difíciles.
En su discurso ante la sesión anual del Congreso Popular Nacional, Li esbozó planes para impulsar el gasto en el desarrollo de tecnología avanzada, en reforzar el ejército y en apoyar a la economía, entre muchos otros objetivos a largo plazo. Pero no se anunció ningún gran paquete de estímulos para ayudar a impulsar los mercados y tranquilizar a los preocupados inversionistas.
Durante la presentación de su informe sobre el último año y los planes de futuro, Li dijo que el gobierno continuará con una “política fiscal proactiva y una política monetaria prudente”, lo que sugiere que no habrá grandes cambios en el enfoque económico de Beijing.
Además, presentó un plan para impulsar el crecimiento con la emisión de bonos a largo plazo durante los próximos años, comenzando con un billón de yuanes (alrededor de 139.000 millones de dólares) este año. El dinero se destinará a poner en marcha “grandes estrategias nacionales” y a reforzar la seguridad “en áreas clave”.
Según Li, el gobierno planea un “nuevo modelo de desarrollo” para el mercado de la vivienda, incluyendo la construcción de casas subvencionadas por el gobierno en un intento de aliviar la prologada crisis inmobiliaria que ha supuesto un importante lastre para la economía. Esto parecía confirmar los reportes de que las autoridades tienen previsto emplear fondos públicos para comprar algunas de las legiones de departamentos desocupados y convertirlos en viviendas asequibles.
“Las bases para la recuperación económica sostenida aún no son estables, con una demanda efectiva insuficiente, exceso de capacidad en algunas industrias, débiles expectativas sociales y todavía muchos riesgos y peligros ocultos”, afirmó Li ante los delegados que participan en la sesión anual del congreso ceremonial chino en el majestuoso Gran Salón del Pueblo, próximo a la Plaza de Tiananmen de Beijing.
El gobierno presentó un borrador de su presupuesto que incluía un gasto en defensa de 1,67 billones de yuanes (231.000 millones de dólares) — 7,2 % más que el año pasado, lo que iguala el alza de 2023 y refleja su continua atención a la seguridad, además de a la economía.
La economía china creció a un ritmo del 5,2 % el año pasado, pero partía de un incremento de apenas el 3 % en 2022, cuando millones de personas pasaron semanas confinadas y algunos negocios tuvieron que cerrar mientras el país sufría las consecuencias de la pandemia del COVID-19. Replicar la misma tasa de crecimiento este año será más complicado ya que la economía parte de una base más alta.
“Lograr los objetivos de este año no será fácil", apuntó Li refiriéndose no solo al económico sino a otros objetivos como el aumento de los salarios, la creación de 12 millones de puestos de trabajo y el incremento de la eficiencia energética para alcanzar los objetivos climáticos.
China ha fijado el objetivo de reducir su consumo de energía en un 2,5 %, tras no haber alcanzado la reducción prevista del 2 % en 2023.
Xi Jinping, el líder más poderoso de China en décadas, dirige el partido y ha situado a leales como Li en los principales puestos para reforzar su control sobre la economía y la sociedad. Xi, de 70 años, está en su tercer mandato como secretario general y podría mantenerse en el cargo de por vida.
Las reuniones del Congreso duran alrededor de una semana y son uno de los acontecimientos políticos del año. La Asamblea sólo respalda políticas que ya han sido establecidas por los líderes, pero ofrece una plataforma para mostrar los logros del partido y conseguir apoyos para sus objetivos.
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