Vender quesillo, como se le conoce al flan dulce con caramelo hecho con leche, huevos, azúcar y leche condensada, nunca fue una idea improvisada para Jesús Riaño. El venezolano cuenta que fue su padre quien años atrás inició con el negocio. Él por su parte tomó el testigo y con innovación y trabajo creó un emprendimiento que llevó la comercialización del postre venezolano al siguiente nivel.
Así nació Jesús Quesillo, un emprendimiento cuya sede principal está en Cali, Colombia. Allí Riaño, de 27 años, tiene un negocio donde diariamente se forman largas colas para comprar su producto. Sin embargo, la idea más innovadora de su negocio es que el venezolano viaja con su carrito de quesillos por distintas ciudades colombianas e incluso a otros países con la intención de promover la gastronomía de su país natal.
“La idea del quesillo surge porque casi toda mi vida me he dedicado a vender postre, ya que mi papá fue quien inició con el negocio, entonces la gente siempre me decía Jesús el de los quesillos de ahí nace la palabra Jesús Quesillo”, cuenta el venezolano en entrevista con la Voz de América.
Riaño es colombo-venezolano. Antes de emigrar a Colombia ya había incursionado en la venta de quesillos en Caracas, Venezuela.
El comienzo de Jesús Quesillo
Hace dos años, Riaño trabajaba como camarógrafo de un humorista colombiano con quien recorrió varias ciudades del país para grabar contenido para redes sociales. Fue en esos viajes cuando se le ocurrió preparar sus quesillos y ofrecerlos en las ciudades.
“Empecé llevando mi quesillo, vendía en la mañana y en la noche lo grababa (al humorista). Luego de un año a mí me fue bien y yo le dije que quería grabar mi propio contenido, él me alentó y así fue que lo hice. No había quien me grabara, pero fui buscando la manera de buscar un cámara o algo que me funcionara para grabar así y encontré una que me permitía mostrar mi trabajo sin necesitar a más nadie”, detalla.
Tiempo después el contenido de Riaño se comenzó a hacer viral en redes sociales como Instagram y TikTok gracias al tamaño y aspecto de los quesillos, también por las filas de personas que se formaban para comprar.
Actualmente cuenta con una comunidad de 1.700.000 seguidores entre Instagram y TikTok, un logro que le debe no sólo a sus quesillos, sino también a su forma de venderlos. Explicó que cada día vende alrededor de 30 de estos postres.
De Colombia a los Emiratos Árabes
Aunque inicialmente la venta de quesillos sólo estuvo pensada para las ciudades de Colombia, los seguidores de Riaño comenzaron a animarlo a llevar el producto a otros países de la región como Ecuador, Chile o Panamá. Fue así que decidió expandirse y vender el postre en Ecuador, la experiencia, aunque difícil, resultó siendo exitosa.
“La receptividad de las personas siempre ha sido muy agradable, el público local, venezolanos y colombianos de los países que he visitado me han recibido siempre muy bien, con la mejor sonrisa”, afirma.
Para Jesús Riaño, la clave del éxito de sus quesillos se debe a varios factores. Entre ellos la forma de atender a la clientela, de crear un vínculo con el producto y que pueda probar un pedacito del sabor de su país, aunque esté lejos.
“Mis quesillos los hago con amor y cariño. La clave es enfocarse siempre en brindar una excelente atención al cliente, generar una unión y un vínculo con cada cliente que te compra para que él tenga, si es venezolano, un pedacito de su tierra al momento de comprar y hablar. También destaca la espectacularidad del caramelo del quesillo que resulta con el sol y hace que se vea muy bien”, sostiene.
Hasta ahora Riaño ha visitado Ecuador, Perú y Emiratos Árabes. Planea seguir recorriendo países como Chile y España, donde también hay una gran comunidad de venezolanos.
Sobre su viaje más reciente a Emiratos Árabes, Riaño comenta que principalmente viajó por turismo y por una invitación que le hicieron unos amigos que residen en ese país.
“Viajé para allá por turismo, quería conocer el país y además también tenía unas amistades y amigos árabes que me invitaron a un local y decidí aprovechar y ofrecer los quesillos allá”, cuenta el venezolano, quien destaca que tuvo gran receptividad.
Para este emprendedor una de sus grandes metas es expandir su negocio. “Me gustaría abrir un local muy grande donde muchas personas se puedan beneficiar y generar cientos de empleo, que la gente pueda ir a disfrutar de un buen quesillo venezolano”.
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