Un alto funcionario de inteligencia estadounidense está poniendo en duda la capacidad de China para cumplir sus planes para reunificar Taiwán por la fuerza antes de la fecha límite autoimpuesta, en 2027.
Varios funcionarios militares y de inteligencia estadounidenses han testificado públicamente en los últimos años que los propios planes de Beijing muestran que el presidente Xi Jinping ha ordenado al ejército chino que esté listo para tomar Taiwán por la fuerza, en caso de que fracasen los esfuerzos por reunificar la isla por otros medios.
También han dicho que los esfuerzos sin precedentes de modernización y expansión militar de China han estado en línea con la orden de tener un plan de invasión listo para dentro de tres años, a más tardar.
Pero Dave Frederick, subdirector adjunto para China de la Agencia de Seguridad Nacional de Estados Unidos, no está seguro de que puedan cumplir ese plazo.
"Es un objetivo bastante ambicioso, por lo que no haré ninguna predicción sobre si lo alcanzarán o no", dijo Frederick en una conferencia de seguridad en Nashville, Tennessee. Añadió que China “sigue centrada en el objetivo de capacidades para 2027”, pero que persisten obstáculos.
Uno de esos desafíos, dijo, es la capacidad del ejército chino de desembarcar tropas en la isla de Taiwán.
Un desembarco anfibio “sería un problema militar realmente desafiante para ellos”, explicó Frederick. "Un desafío militar muy difícil de resolver para ellos", concluyó.
Sin embargo, reconoció que China está construyendo una cuarta nave de desembarco anfibio y que “la historia tiene muchos ejemplos de un gobierno que decide seguir una política que tal vez ni siquiera sea lo mejor para sus propios intereses, y ciertamente en casos en los que la victoria militar no está garantizada”.
Sin embargo, los funcionarios chinos descartaron la conversación y dijeron a la Voz de América por correo electrónico que la situación con Taiwán es “un asunto que debe ser resuelto por el pueblo chino”.
“Si Estados Unidos realmente espera paz y estabilidad en el Estrecho de Taiwán, debe respetar el principio de una sola China y los principios de los tres comunicados conjuntos China-Estados Unidos”, dijo Liu Pengyu, portavoz de la embajada de China en Washington.
Washington debería “dejar de inmiscuirse en la cuestión de Taiwán y dejar de crear nuevos factores que podrían generar tensiones en el Estrecho de Taiwán”, añadió Liu.
Frederick no es el primer funcionario estadounidense que advierte que la expansión militar de China, impulsada por nuevos equipos y sistemas de armas, puede estar superando sus capacidades reales.
El Informe anual sobre el poder militar de China del Departamento de Defensa de Estados Unidos, publicado a finales del año pasado, advirtió que el propio Beijing cree que todavía enfrenta algunos déficits mientras intenta desplegar una fuerza capaz de pelear y ganar guerras contra otros adversarios más capaces.
"Todavía tienen un largo camino por recorrer en términos de tener el nivel de capacidad militar que consideramos que necesitan para promover sus intereses económicos y de seguridad global", dijo en ese momento un alto funcionario de defensa estadounidense a los periodistas.
El funcionario calificó la falta de experiencia de combate como "una de las deficiencias que la República Popular China destaca en muchas de sus propias evaluaciones". Altos funcionarios de inteligencia estadounidenses han dicho que, a pesar del deseo de China de poder tomar Taiwán por la fuerza, tal vez ya el próximo año, creen que Xi no ha decidido si usará esa opción.
"Beijing seguirá aplicando presión militar y económica, así como mensajes públicos y actividades de influencia, mientras promueve la integración económica y social a largo plazo a través del Estrecho para inducir a Taiwán a avanzar hacia la unificación", según la evaluación anual de amenazas realizada el mes pasado por la Oficina del Director de Inteligencia Nacional.
Una evaluación separada de la Agencia de Inteligencia de Defensa de Estados Unidos (DIA, por sus siglas en inglés), publicada la semana pasada, concluyó que “Beijing parece dispuesto a aplazar el uso de la fuerza militar siempre y cuando calcule que su unificación con Taiwán en última instancia puede negociarse”.
“Los costos de un conflicto armado superarían los beneficios, y Taiwán, Estados Unidos u otros países no han cruzado sus líneas rojas declaradas”, agrega el informe de la DIA.
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