El pesista cubano Ramiro Mora nació en el centro de Cuba, en un pueblo llamado Gaspar en la provincia de Ciego de Ávila. Tiene 26 años, vive en Inglaterra y es uno de los treinta y seis atletas que conforman el Equipo Olímpico de Refugiados con vistas a participar en los Juegos de París 2024.
Este hecho y lo que sus amigos han marcado su vida lo llenan de regocijo.
“Es un placer poder hablar sobre mi historia, cómo ha sido mi proceso y que algunas personas que estén en esto y no se hayan convencido, sigan luchando por sus sueños, que no se den por vencidos”, dijo Mora en conversación en línea con la Voz de América desde Bristol, una ciudad ubicada casi a 200 kilómetros al oeste de Londres, la capital del Reino Unido.
En mayo el Comité Olímpico Internacional (COI) anunció el Equipo Olímpico de Refugiados, integrado por 36 atletas de 11 países en 12 disciplinas deportivas. Además de Mora, por Latinoamérica están en este equipo su compatriota el canoísta y campeón olímpico de Tokio 2020, Fernando Dayán Jorge, residente en Estados Unidos, y el tirador con pistola, el venezolano Edilio Centeno Nieves, residente en México.
El impulso de los amigos
En varias ocasiones durante esta entrevista, Mora insistió en el peso que sus amigos, entrenadores y su novia han jugado en su vida y en los logros en el deporte.
Un ejemplo de ello fue su primera oportunidad -expone- que llegó al final de su educación primaria.
“Uno de mis amigos estaba practicando levantamiento de pesas. A él le quedaban las camisas apretadas en los brazos y yo dije: ‘quiero hacer eso para coger músculos’ porque yo estaba muy flaco. Me llevó al gimnasio, conocí al entrenador y de ahí fue que comencé a entrenar pesas”, recuerda.
Ni la poca musculatura ni el consejo de un primer entrenador para que abandonara la idea lo apartaron del sueño de convertirse en un campeón en la isla, donde hay tradición en la práctica competitiva de este deporte. Pese a que ningún atleta cubano ha llegado al salón de la fama de la Federación Internacional de Pesas (IWF, por sus siglas en inglés), muchos de ellos sí tienen este puesto en la Federación Panamericana de Levantamiento de Pesas (FPLP).
Mora consiguió un puesto en la escuela de élite de la provincia avileña al año de comenzar a entrenar y un un lustro después se coronó campeón nacional en su categoría, pero no le permitieron integrar el equipo nacional de mayores hasta los 18 años de edad, de acuerdo con la reglamentación de este deporte en la isla.
Un proceso largo
“Me decían que tenía que subir de peso porque estaba muy delgado para la división en la que estaba”. Aún así -relata- ganó el campeonato nacional en su categoría. Estuvo cuatro años en el Equipo Nacional de Pesas, con sede en el Centro “Cerro Pelado”, en La Habana.
Mora, cuya carrera deportiva impulsó en Cuba, dice que "como todo cubano cuando llega a un equipo nacional y vive en un país que es una dictadura, no te dan libertad de nada, llegas con un sueño y a través del tiempo ellos mismos te van apagando el sueño".
"Tienes que ser del Partido (Comunista de Cuba, único legal en la isla)", dice. "Te involucran en muchas organizaciones en las cuales tú no quieres participar”, agrega.
Cuba, donde la fuga de atletas, artistas y otros profesionales es elevada, está sujeta a un embargo económico de Estados Unidos desde hace más de seis décadas. El gobierno de la isla culpa al gobierno estadounidense de la mayoría de sus problemas, entre ellos de incentivar la deserción de sus atletas y médicos. Los opositores, en cambio, dicen que las fallas son sistémicas y relacionadas con la mala administración del Estado.
En días recientes, el diario oficial del partido gobernante, Gramma, criticó la participación de atletas cubanos en el Equipo Olímpico de Refugiados y lo calificó de "farsa".
"El Comité Olímpico Internacional (COI) y la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) se equivocan o se prestan para la farsa contra Cuba (...)", dijo el diario en un extenso artículo publicado a fines de mayo.
"¿Se puede ser un refugiado (...) y ser campeón olímpico, mundial, panamericano y centroamericano y del Caribe"?, preguntó el periódico en referencia a Fernando Dayán Jorge, titular olímpico en Tokio 2020 en canotaje y que pocos meses después abandonó una delegación oficial de Cuba en México.
Un timonazo en la vida
Mora cuenta que decepcionado de la dinámica de las competiciones en Cuba y las carencias materiales, decidió dar un giro a su vida.
“En 2018 me fui al Circo porque ya no me sentía bien en el deporte. Había muy mala situación económica (…) no había dinero para ir a las competencias”, dijo Mora, quien solo consiguió participar en algunos campeonatos nacionales y algunos internacionales, pero celebrados en la isla.
“Yo era muy apegado a mi mamá”, comenta. “No me sentía feliz, estaba lejos de la familia, solo la veía en diciembre”, dice. Por eso durante un tiempo alternó sus primeros ensayos en el circo con los entrenamientos en la selección nacional de pesas.
“Ven y aprende”, recuerda Mora que le dijo un directivo circense de entonces. Y entonces todo cambió.
“Fui al circo y aprendí, hice trampolín”, dice. "Tenía que bailar, reírme… y en el deporte lo único que hacía era levantar las pesas y ya. Aquí tenía que maquillarme, tenía que usar otro tipo de ropas, cosas así”.
Un “cambio” definitivo
En el 2019 consiguió un contrato para Inglaterra, adonde viajó por primera vez fuera de Cuba. En 2021 llega nuevamente a la ciudad de Blackpool, para un contrato de tres años con la Compañía Habana. Pero ese mismo año tiene que regresar a la isla debido a que su su mamá padecía de cáncer.
“No había medicamentos, no había oxígeno. Las camas estaban en malas condiciones”, se lamenta. Su madre, cuya enfermedad se agravó durante la pandemia del coronavirus, falleció a las tres semanas de ser hospitalizada.
A su regreso a Londres supo a través de las redes sociales de las protestas en Cuba en julio de 2021 y participó en actos de apoyo a los manifestantes que fueron encarcelados.
“Empecé a abrir los ojos y a ver la vida de otra manera. Al fallecer mi madre, cambió todo, me cayó el mundo encima. Empecé a pronunciarme, con todas las cosas que estaban pasando en Cuba y que veía en redes sociales. Aquí pedí asilo. Empecé a postear las cosas que estaban pasando”.
A partir de entonces “llegaron cartas de advertencia y citaciones para mí; se las dieron a mi hermana allá (en Cuba), que por lo que yo estaba haciendo podía ir a prisión. Solo por postear las fotos de las protestas que se hicieron (frente a la embajada cubana en Londres y el parlamento británico) y por eso decidí pedir asilo político en Inglaterra”.
“Simplemente lo que hice fue protestar, no hice nada malo. Solo protestar por los derechos de cada cubano”, explica.
“Me refugié en el entrenamiento”
Lo enviaron seis meses en un hotel mientras le daban la condición de asilo por medio de la ACNUR. La institución le otorgaba alimentación diaria y 8 euros a la semana para gastos, pero no tenía permiso para trabajar, de acuerdo con las reglas de la agencia de la ONU.
"Es un proceso muy duro y muy complicado”, dice Mora sobre el trámite para conseguir el asilo.
Y en esa situación -agrega- recordó los consejos de su madre: “’Hay que ser disciplinados, aunque no seamos millonarios ni tengamos mucho dinero, hay que ser disciplinados y luchar por lo que uno quiere’”.
Cuenta que por aquellos días apenas podía pagar el bus. Así que un amigo le compró una bicicleta. "Todos los días en la mañana hacía 15 kilómetros para ir a entrenar".
En Bristol -dice- conoció a su novia. Fue ella quien lo apoyó para pagar la membresía de un gimnasio para su entrenamiento mientras le concedieran el asilo. Los retos no han faltado. A solo un mes para el campeonato nacional de Inglaterra en 2022 tuvo que rebajar 6 kilogramos para entrar en la división de 89 kilogramos.
También tuvo que saltar la barrera del idioma. “Mi inglés no era muy bueno. Yo le escribía a ella en el traductor (del teléfono). Se decidió a ayudarme. Me pagó el hotel para la competencia y me llevó en su carro. Ahí impuse record nacional y quedé campeón nacional” con la marca de 155 kilogramos en la categoría de arranque y 191 kilogramos en la de envión.
El 1 de diciembre de 2023 le concedieron el asilo. “Fue un día increíble. Tu vida empieza a cambiar, empiezas a creer en ti un poco más. Uno sale de Cuba con los deseos de salir adelante, de luchar por tus sueños, de tener un carro, una bicicleta, una casa (…) Lo primero que hice fue ir a la iglesia a ponerle flores a mi mamá porque yo sé que ella siempre está conmigo, ayudándome en cada paso que doy”, expresa.
Cuando la Voz de América lo entrevistó, la hija del atleta cubano tenía 10 días de nacida. “Su nacimiento fue algo increíble, no tengo palabras para explicarlo”.
Camino a París 2024
Mora se prepara para hacer el peso de 102 kilogramos, 10 por encima de su peso ideal.
“Lo que más pienso es en hacer una buena competencia, lucir bien y hacer buenas marcas”, dice. “Espero repetir esta entrevista para los próximos Juegos Olímpicos que son en Estados Unidos y dar lo mejor de mí en cada competencia”.
Este atleta cubano tiene un mensaje para otros que como él han salido de sus países y están en proceso de asilo.
“Que no se detengan, que sigan luchando y luchando por sus sueños… que nada ni nadie los puede detener (…) Vendrán momentos difíciles, momentos buenos, de alegría, de tristeza, pero hay que levantarse y seguir para adelante. Todo es creer en uno y seguir luchando, todo es posible”, concluye.
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