Las mujeres y niños, los niños sin padres, los adolescentes y las personas de la comunidad LGBTQI+ son las principales víctimas del tráfico humano en Centroamérica, según el informe anual sobre la trata de personas en el mundo divulgado por el Departamento de Estado de Estados Unidos.
La trata es un delito en donde el ser humano es visto como un objeto que puede ser comprado y vendido una y otra vez, ya sea para trabajo forzoso y para el tráfico sexual, entre otros.
Según el informe, presentado este lunes en Washington, los traficantes utilizan cada vez más las propiedades de alquiler a corto plazo como lugares de explotación. Además, usan las redes sociales y las plataformas de mensajería para atraer a las víctimas, incluyendo oportunidades de empleo o educación en el extranjero falsas, lo que facilita su explotación.
Quienes no son enviados al extranjero, son obligados a realizar trabajos forzosos de agricultura, servicio doméstico, actividad criminal y mendicidad.
"Los traficantes se aprovechan de los marginados y más vulnerables. Pero estamos siendo testigos de una tendencia emergente en la que el perfil demográfico de las víctimas de la trata también se está expandiendo, al ritmo de los desarrollos digitales en los que vivimos", explicó Kari Johnstone, coordinadora para la Lucha contra la Trata de Personas.
Otro de los perfiles buscados por los traficantes son los migrantes y solicitantes de asilo. Según el informe, en el hemisferio occidental hay aspectos “comunes” en cuanto a la trata de personas, uno de ellos es la migración irregular.
Según el reporte, los migrantes y los solicitantes de asilo son especialmente vulnerables al tráfico sexual y al trabajo forzoso, pues dependen de los contrabandistas para cruzar a otros países como México o Estados Unidos. Muchos asumen deudas con ellos, algo que los vuelve vulnerables.
En Centroamérica, otros grupos con alto riesgo de trata son las personas afrodescendientes y los indígenas. Con frecuencia estas poblaciones sufren discriminación de las autoridades, lo que a menudo las vuelve temerosas de denunciar delitos.
“Los traficantes siguen operando con impunidad, y sus crímenes no están recibiendo suficiente atención. Debemos fortalecer la aplicación de la ley para llevar a los delincuentes que mercantilizan a los seres humanos ante la justicia. Y debemos hacer más para ayudar a los supervivientes a reconstruir sus vidas", agregó Antonio Guterres, secretario general de la ONU.
Guatemala, El Salvador, Honduras, Costa Rica y Panamá son los países de Centroamérica que se encuentran en el nivel 2 del informe preparado por EEUU, donde los gobiernos no cumplen plenamente con las normas mínimas de la Ley de Protección de las Víctimas de la Trata (TVPA), pero “están haciendo esfuerzos significativos para cumplirlas”.
El único país de la región ubicado en el nivel 3 es Nicaragua, lo que significa que no está haciendo esfuerzos para contrarrestar la trata. El Departamento de Estado señaló que el gobierno de Managua continúa “minimizando la severidad del problema de tráfico humano”.
Antes de que El Salvador implementara el aún vigente régimen de excepción, en marzo de 2022, “las organizaciones criminales transnacionales y las pandillas, incluidas la MS-13 y el Barrio 18, operaban reclutando, secuestrando, entrenando, armando y sometiendo a niños a trabajos forzosos en actividades ilícitas, incluidos asesinatos, extorsión y tráfico de drogas, a menudo en las propias comunidades de los niños", agrega el informe.
Aunque con el régimen de excepción en El Salvador las pandillas perdieron el control de los barrios, el reporte explica que "no hay datos sobre el impacto del Estado de Excepción en la trata en El Salvador", y agrega que antes de la medida, la presencia limitada del gobierno en el territorio controlado por pandillas aumentaba los riesgos de trata entre los grupos vulnerables.
En 2023, la policía salvadoreña investigó 38 nuevos casos de sospecha de trata: 23 por tráfico sexual, cuatro por trata laboral y 11 por formas no especificadas, involucrando a 79 sospechosos.
Ese mismo año en Honduras, 128 personas fueron acusadas de trata, tráfico de personas y elaboración de contenido sexual infantil. Guatemala mantiene en investigación más de 600 casos por trata.
A nivel mundial, unas 27 millones de personas son explotadas a nivel laboral, servicios o de manera sexual, a través de la fuerza, el fraude y la coerción, reveló el informe.
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