La racha de más de un año de meses cálidos que rompen récords en la Tierra siguió extendiéndose hasta junio, según el servicio europeo de cambio climático Copernicus.
Hay esperanza de que el planeta pronto verá el fin de los récords en esta racha de calor, pero no del caos climático que la acompaña, dijeron científicos.
La temperatura global en junio fue de un calor récord por 13er mes consecutivo y representó el 12do mes seguido en que el mundo se ubicó 1,5 grados Celsius (2,7 grados Fahrenheit) más cálido que en la época preindustrial, señaló Copernicus en un anuncio difundido el lunes temprano.
“Es una cruda advertencia de que nos estamos acercando a este límite sumamente importante establecido en el Acuerdo de París”, declaró Nicolas Julien, alto climatólogo de Copernicus, en una entrevista. “La temperatura global sigue incrementándose. Tiene un ritmo rápido”.
Esa marca de temperatura de 1,5 grados es importante porque ese es el límite de calentamiento acordado por casi todos los países del mundo en el acuerdo climático de París de 2015, aunque Julien y otros meteorólogos han dicho que el umbral no se cruzará hasta que la duración del calor prolongado sea a largo plazo, dentro de 20 o 30 años.
“Esto es más que una rareza estadística y pone de relieve un cambio continuo en nuestro clima”, indicó el director de Copernicus, Carlo Buontempo, en un comunicado.
En junio de 2024, la temperatura mundial promedió 16,66 grados Celsius (62 grados Fahrenheit), que es 0,67 Celsius (1,2 grados Fahrenheit) por encima del promedio de 30 años para ese mes, de acuerdo con Copérnico. Rompió la marca para el junio más caluroso, establecida un año antes, en 0,14 grados Celsius (un cuarto de grado Fahrenheit) y es el tercer mes más caluroso de cualquier mes registrado en los registros de Copérnico, que se remontan a 1940, sólo por detrás del pasado mes de julio y del pasado agosto.
No es que se estén batiendo récords mensualmente, sino que se están “superando por márgenes muy sustanciales en los últimos 13 meses”, subrayó Julien.
“¿Qué tan malo es esto?” preguntó el científico climático de la Universidad Texas A&M, Andrew Dessler, que no formó parte del informe. “Para los ricos y por ahora, es un inconveniente costoso. Para los pobres es sufrimiento. En el futuro, la cantidad de riqueza que debes tener para simplemente sufrir molestias aumentará hasta que la mayoría de la gente sufra”.
Incluso sin alcanzar el umbral de 1,5 grados a largo plazo, “hemos visto las consecuencias del cambio climático, estos eventos climáticos extremos”, afirmó Julien, lo que significa un empeoramiento de las inundaciones, tormentas, sequías y olas de calor.
Según Copernicus, el calor de junio azotó con más fuerza al sureste de Europa, Turquía, el este de Canadá, el oeste de Estados Unidos y México, Brasil, el norte de Siberia, el Oriente Medio, el norte de África y el oeste de la Antártida. Los médicos tuvieron que atender a miles de víctimas de insolación en Pakistán el mes pasado, cuando las temperaturas alcanzaron los 47 grados Celsius (117 Fahrenheit).
Junio también fue el 15to mes consecutivo en que los océanos del mundo, más de dos tercios de la superficie de la Tierra, batieron récords de calor, revelaron datos de Copernicus.
La mayor parte de este calor proviene del calentamiento a largo plazo debido a los gases de efecto invernadero emitidos por la quema de carbón, petróleo y gas natural, coincidieron Julien y otros meteorólogos. Una cantidad abrumadora de energía térmica atrapada por el cambio climático provocado por el hombre va directamente al océano y esos océanos tardan más en calentarse y enfriarse.
El ciclo natural de El Niño y La Niña, que son el calentamiento y enfriamiento del Pacífico central que cambian el clima en todo el mundo, también influye. El Niño tiende a alcanzar récords de temperatura global y el fuerte El Niño que se formó el año pasado terminó en junio.
Otro factor es que el aire sobre los canales de navegación del Atlántico es más limpio debido a las regulaciones de navegación marítima que reducen las partículas tradicionales de contaminación del aire, como el azufre, que causan un poco de enfriamiento, explicaron los científicos.
Esto enmascara ligeramente el efecto de calentamiento mucho mayor de los gases de efecto invernadero. Ese “efecto de enmascaramiento se hizo menor y aumentará temporalmente el índice de calentamiento” que ya es causado por los gases de efecto invernadero, detalló Tianle Yuan, científico climático de la NASA y del campus de Baltimore de la Universidad de Maryland, quien dirigió un estudio sobre los efectos de las regulaciones del transporte marítimo.
“Nuestro mundo está en crisis”, aseveró Andrea Dutton, científica climática de la Universidad de Wisconsin. “Quizás hoy estén sintiendo esa crisis —aquellos que viven en la trayectoria de Beryl están experimentando un huracán impulsado por un océano extremadamente cálido que ha dado lugar a una nueva era de tormentas tropicales que pueden intensificarse rápidamente hasta convertirse en huracanes potentes, mortales y costosos.
Incluso si hoy no lidias con esa crisis, cada récord de temperatura que establecemos significa que es más probable que el cambio climático lleve la crisis a tu puerta o a la de tus seres queridos”.
Copernicus utiliza miles de millones de mediciones de satélites, barcos, aviones y estaciones meteorológicas de todo el mundo y luego las vuelve a analizar con simulaciones por computadora. Las agencias científicas de varios otros países, incluidas la NOAA y la NASA, también realizan cálculos climáticos mensuales, pero tardan más, se remontan más atrás en el tiempo y no utilizan simulaciones por computadora.
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