México ha disminuido drásticamente sus decomisos de fentanilo este año, una droga muy lucrativa para los carteles que sigue inundando Estados Unidos, informaron las autoridades este martes.
Según cifras oficiales hechas públicas por la Secretaría de Marina, de enero a junio de 2024, se incautaron 130 kilos de fentanilo en todo el país, una cantidad que aunque solo corresponde a la mitad del año es significativamente inferior a los 2.329 kilos decomisados en todo 2023.
A este opioide sintético se le atribuyen unas 70.000 muertes por sobredosis al año en Estados Unidos y por eso las autoridades de ese país han tratado de redoblar sus esfuerzos para detectarlo en cuanto cruza la frontera, a menudo en forma de pastillas fabricadas en México.
Washington también ha insistido con las autoridades mexicanas en la necesidad de duplicar los esfuerzos en la lucha contra el tráfico de esta droga.
Sin embargo, las Fuerzas Armadas mexicanas parecen haber reorientado su atención hacia la incautación de metanfetaminas. México se incautó un récord de más de 400 toneladas de esta droga en 2023, más de 12 veces lo decomisado en 2022. Ese ritmo continuó en el primer semestre de 2024, con 168 toneladas.
Las dos drogas se exportan a Estados Unidos pero mientras el fentanilo apenas se consume en México, las metanfetaminas son de uso muy común y se han convertido en la droga preferida entre la clase trabajadora.
La Marina, que ofreció los datos más recientes durante la conferencia de prensa del presidente, no explicó por qué las cifras de decomisos de estas dos sustancias se han modificado de forma tan brusca.
Algunos analistas creen que las luchas internas en el seno del cartel de Sinaloa, el mayor productor de metanfetaminas de México, pueden estar en el fondo de estos cambios.
Actualmente los “Mayitos” —seguidores del líder del cártel de la vieja guardia Ismael “El Mayo” Zambada— están enfrentados con los hijos del encarcelado narcotraficante Joaquín “El Chapo” Guzmán, conocidos como “Chapitos”.
En el pasado, se han dado casos en los que grupos en pugna han denunciado a sus contrarios para provocarles pérdidas.
El analista de seguridad mexicano David Saucedo no descartó esta posibilidad, aunque dijo no tener datos al respecto.
Sin embargo, sí consideró que la pugna interna puede estar provocando la reducción de embarques de fentanilo hacia los Estados Unidos. La violencia abierta inhibe el envío de cargamentos porque es más fácil perderlos durante el trayecto.
La embajada estadounidense no respondió de inmediato a una solicitud de comentario al respecto.
El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, ha insistido en el pasado en que el fentanilo no se produce en México y que los cárteles mexicanos sólo prensan la droga en pastillas o le añaden toques finales.
Sin embargo, los expertos coinciden en que los cárteles utilizan precursores químicos procedentes de China e India para fabricar el opioide sintético y pasarlo de contrabando a Estados Unidos.
De hecho, el jefe de la Agencia de Investigación Criminal mexicana, Felipe de Jesús Gallo, llegó a afirmar en abril que México era “el campeón” en la producción de fentanilo, aunque dos días más tarde tuvo que disculparse de sus declaraciones después de que López Obrador pidiera a la Fiscalía General de la República aclarar tales comentarios.
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