El Kremlin no confirmó ni negó la responsabilidad rusa en el ataque con misiles contra un hotel en Kramatorsk, este de Ucrania, que albergaba a periodistas extranjeros el 24 de agosto.
El ataque resultó en la muerte de Ryan Evans, asesor de seguridad de Reuters, e hirió a dos periodistas de la agencia y a otros reporteros presentes.
Reuters indicó que está investigando el ataque para determinar quién estaba detrás del mismo y si fue intencional.
Según las autoridades ucranianas, Rusia atacó el hotel con un misil balístico Iskander-M, causando daños a residencias privadas y negocios.
Por su parte, el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, restó importancia al suceso, argumentando que Rusia no ataca a civiles y que Evans no era periodista.
"Leí información del personal de la agencia indicando que no era un periodista, sino un tipo de asesor de seguridad. Repito una vez más: los ataques se llevan a cabo contra infraestructura militar o instalaciones, de una forma u otra relacionadas con la infraestructura militar”.
Esto es falso.
El derecho internacional humanitario y las leyes de guerra protegen a todos los miembros de los equipos de prensa, sin importar sus funciones.
El artículo 79 de la Convención de Ginebra de las Naciones Unidas establece que los equipos de prensa en zonas de conflicto se consideran civiles y están protegidos de cualquier tipo de hostilidades. De acuerdo con el Protocolo 1 de esa ley, poseer una tarjeta de identificación de prensa "certifica la condición de periodista de su titular".
Aunque formalmente no era periodista, Evans era miembro de un equipo de noticias de Reuters y había sido empleado de la agencia desde 2022. Tenía derecho a las mismas protecciones que otros civiles según el derecho internacional, que también prohíbe atacar directamente a objetos civiles.
Los organismos de control de la prensa afirman que Rusia tiene un historial bien documentado de ataques sistemáticos a estructuras civiles que albergan a periodistas extranjeros en Ucrania.
Más de 100 periodistas ucranianos e internacionales "han sido víctimas de violencia" desde que Rusia lanzó su invasión a gran escala de Ucrania en febrero de 2022, según Reporteros Sin Fronteras (RSF).
RSF ha documentado 53 incidentes que podrían clasificarse como crímenes de guerra, afectando a 121 periodistas, incluidos 14 ataques a torres de televisión e infraestructuras de medios de comunicación.
Esta organización ha presentado ocho denuncias de crímenes de guerra rusos contra periodistas en Ucrania ante la Corte Penal Internacional y el Fiscal General de Ucrania, además de dos denuncias ante tribunales franceses.
Sin contar a Evans, el Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ) ha documentado la muerte de al menos 15 periodistas y trabajadores de los medios que cubrían la guerra, así como numerosos ataques que han resultado en heridos.
Rusia ha atacado repetidamente hoteles y otros establecimientos civiles frecuentados por periodistas.
Entre ellos se incluye un ataque con misiles rusos el 10 de enero contra el Kharkiv Palace Hotel, en Járkov, la segunda ciudad más grande de Ucrania. Aproximadamente 11 personas resultaron heridas, incluidos periodistas.
El gerente del hotel informó a la emisora alemana ZDF, cuyos periodistas resultaron heridos en el ataque, que estos ocupaban 10 de las 15 habitaciones reservadas en el momento del ataque.
En enero, el Sindicato Nacional de Periodistas de Ucrania documentó los ataques con misiles rusos contra hoteles en Zaporiyia, Pokrovsk y Járkov, populares entre los medios locales e internacionales.
El sindicato los calificó como una "táctica deliberada de intimidación al personal de la prensa para limitar la cobertura de la guerra en los medios internacionales".
El 27 de junio de 2023, Rusia lanzó un ataque con misiles contra el Ria Lounge, un restaurante en Kramatorsk frecuentado por trabajadores humanitarios y periodistas, matando a 13 personas e hiriendo a 61. Entre los fallecidos se encontraba Victoria Amelina, escritora ucraniana e investigadora de crímenes de guerra.
Jeanne Cavelier, responsable de RSF en Europa del Este y Asia Central, afirmó que el ejército ruso ha "perseguido sistemáticamente" a los periodistas en los territorios ocupados por Rusia en Ucrania.
Además, Moscú ha intentado controlar la narrativa tras la incursión sorpresa de Ucrania en la región rusa de Kursk el 6 de agosto. Rusia ha abierto causas penales contra al menos siete periodistas que informaron desde Kursk, acusándolos falsamente de haber cruzado ilegalmente la frontera hacia Rusia.
[Este artículo fue originalmente publicado por Polygraph y traducido por Mila Cruz].
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