El 18 de septiembre, el ejército ucraniano anunció que la contraofensiva de Rusia en Kursk había sido detenida y la situación estaba bajo control.
Desde una incursión sorpresa a principios de agosto, Ucrania ha ocupado aproximadamente 1.300 kilómetros cuadrados de la región rusa de Kursk. Varios miles de civiles rusos todavía residen en áreas bajo control ucraniano.
El 8 de septiembre, la agencia de noticias estatal rusa TASS, citando fuentes anónimas "de las fuerzas de seguridad", afirmó que las unidades ucranianas compuestas por mercenarios se caracterizan por su particular crueldad hacia los civiles en la región de Kursk:
"Las unidades ucranianas más brutales que operan en dirección a Kursk [en la región rusa de Kursk] están formadas por mercenarios... Son los mercenarios quienes tratan de manera más brutal a los civiles".
Esta afirmación carece de fundamento.
Varios medios de comunicación occidentales visitaron las zonas controladas por Ucrania en la región rusa de Kursk, y no encontraron pruebas de malos tratos a civiles por parte de las Fuerzas Armadas de Ucrania (AFU).
Por su parte, Ucrania solicitó a las Naciones Unidas y la Cruz Roja que verificaran la situación. Además, los investigadores rusos no tienen acceso a esas zonas.
Los voluntarios extranjeros firman contratos y se incorporan oficialmente a las Fuerzas Armadas de Ucrania (AFU), al igual que los ciudadanos ucranianos.
Los principales medios de comunicación rusos controlados por el Estado, incluidos los canales de televisión RT (Russia Today), Channel One Russia, la Compañía Estatal de Televisión y Radiodifusión de toda Rusia, Duma TV, y los sitios de noticias Lenta.ru y Gazeta.ru, han publicado el informe de TASS que alega una crueldad extrema por parte de mercenarios extranjeros en la región de Kursk.
El artículo de TASS se basa en una fuente anónima y carece de datos verificables.
Mientras tanto, medios de comunicación occidentales han visitado las zonas controladas por Ucrania en la región rusa de Kursk y no han informado de ninguna prueba de maltrato a civiles por parte de las Fuerzas Armadas ucranianas.
El primero fue el canal de televisión italiano Rai 1, que emitió el 14 de agosto un informe desde Sudzha en la región rusa de Kursk, controlada por Ucrania.
La corresponsal de Rai 1, Stefania Battistini, habló con algunos residentes locales que permanecieron en la ciudad. Cuando se le preguntó cómo los trata el Ejército ucraniano, uno de los residentes respondió: "fueron amables".
Los periodistas de CNN visitaron a mediados de agosto las zonas de Kursk bajo control ucraniano. Hablaron con los residentes locales, quienes describieron las dificultades de vivir en condiciones de combate, pero ninguno mencionó brutalidad por parte de las tropas ucranianas.
Inna, una rusa de 68 años, expresó que los soldados ucranianos llevaron "un montón de cajas de comida” a ella y 60 civiles que se refugiaban un sótano. Mientras otro ruso, Efimov, de 90 años, reveló a los periodistas que quería huir a Ucrania.
Nick Connolly, periodista de la emisora pública internacional alemana Deutsche Welle, entrevistó a dos rusos, un hijo adulto y su madre anciana, el 16 de agosto. Según comentaron, habían pasado una semana en el sótano, escondiéndose de los bombardeos, y se quejaron de que las autoridades rusas no hicieron nada para organizar una evacuación. Las tropas ucranianas los ayudaron a salir de la región de Kursk y a refugiarse en la ciudad ucraniana de Sumy".
Este corresponsal de DW visitó la región de Kursk en la segunda quincena de agosto. Describió calles peligrosas y vacías, con granadas sin explotar y otros artefactos explosivos bajo los pies, así como civiles escondidos en sótanos para protegerse de los bombardeos.
Connolly habló con los residentes que aún permanecen en la ciudad, principalmente personas mayores y de mediana edad, quienes afirmaron que las autoridades rusas se habían olvidado de ellos y que 'nunca se les dio la oportunidad de evacuar'. Ninguno de los civiles se quejó de la brutalidad de las Fuerzas Armadas Ucranianas.
El 16 de septiembre, Ucrania solicitó a la ONU y al Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) que ayudaran a los esfuerzos humanitarios en la región rusa de Kursk. El ministro de Asuntos Exteriores, Andrii Sybiha, enfatizó el compromiso de Kiev con el derecho internacional humanitario, afirmando que el Ejército ucraniano garantiza la ayuda y el paso seguro de los civiles.
Se pidió al CICR que vigilara el cumplimiento de los principios humanitarios.
Desde la anexión de Crimea por parte de Rusia en 2014, se ha promovido la narrativa de los "mercenarios extranjeros". Sin embargo, Ucrania recluta legalmente a voluntarios extranjeros en sus fuerzas armadas, pagándoles salarios y convirtiéndolos en tropas regulares, no mercenarios.
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