La expresidenta y exvicepresidenta Cristina Fernández se postuló el lunes a presidir el peronismo con el objetivo de “enderezar y ordenar” esa fuerza opositora, tras la derrota en las últimas elecciones presidenciales, y ofrecer a los argentinos una alternativa al gobierno libertario de Javier Milei.
El anuncio difundido en sus redes sociales marca que la mujer más influyente de la política argentina en las últimas dos décadas no tiene pensado retirarse ni delegar su liderazgo, además de preparar el terreno para una eventual candidatura en las elecciones legislativas de 2025.
“Desde muy joven milito en el peronismo; sin embargo nunca vi, en la Argentina contemporánea y democrática, que nuestro país en general y el peronismo en particular vivieran un momento como el actual”, expresó la dos veces presidenta entre 2007 y 2015.
“Está claro que hay que enderezar lo que se torció y ordenar lo que se desordenó. Esto plantea la necesidad de crear un ámbito de discusión y participación que hoy no existe y que su ausencia sólo genera confusión y vacío", argumentó quien entre 2019 y 2023 ocupó la vicepresidencia en el gobierno de centro-izquierda de Alberto Fernández.
El partido Justicialista (peronismo) está acéfalo desde la renuncia del expresidente Fernández tras la derrota en las elecciones generales de 2023 que consagraron presidente a Milei y elegirá nuevas autoridades partidarias el 17 de noviembre.
La dirigente de centro-izquierda no es la única interesada en liderar al partido fundado por Juan Domingo Perón a mediados de la década de 1940. El otro postulante es el gobernador de la provincia de La Rioja, Ricardo Quintela, de la corriente más conservadora dentro de esa fuerza.
Fernández fue condenada en 2022 a seis años de prisión por administración fraudulenta e inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos. Sin embargo, como la condena no está firme hasta que la Corte Suprema se pronuncie, la exmandataria puede postularse sin restricciones.
“No tengo dudas que, en esta etapa, el partido es el lugar más apropiado para desarrollar el continente que genere el contenido y que este, además, tenga dirección y objetivos”, adelantó Fernández, de 71 años, en una carta abierta dirigida a "los compañeros y compañeras peronistas, y a los argentinos que nunca lo fueron, también".
Al momento de justificar su decisión de ir por la presidencia del peronismo por primera vez en su carrera política, Fernández definió a Milei como “extraño y peligroso ‘liderazgo’ del caos y la destrucción del que nada bueno puede resultar para el conjunto de los argentinos”.
“No sólo vocifera e insulta desde el escenario en forma cada vez más agresiva, violenta y soez a todo aquel que exprese una opinión diferente a la suya, sino que, además, avanza a hachazos sobre jubilados, universidades y hasta hospitales de salud mental”, enumeró Fernández.
A sabiendas de que sus movimientos políticos alteran a inversores y mercados, la expresidenta adelantó que está dispuesta a impulsar desde el peronismo una serie de reformas que fueron tabú durante sus dos mandatos populistas, como una reforma laboral, de la educación pública y la seguridad; o la reducción del Estado y el control del déficit fiscal, entre otras.
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