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Relaciones EEUU - China: ¿hay espacio para la colaboración en la presidencia de Trump?


ARCHIVO - En esta foto de archivo del 29 de junio de 2019, el presidente Donald Trump, a la izquierda, posa para una foto con el presidente chino Xi Jinping durante una reunión al margen de la cumbre del G-20 en Osaka, Japón.
ARCHIVO - En esta foto de archivo del 29 de junio de 2019, el presidente Donald Trump, a la izquierda, posa para una foto con el presidente chino Xi Jinping durante una reunión al margen de la cumbre del G-20 en Osaka, Japón.

Estados Unidos iniciará 2025 con una nueva administración presidencial y un nuevo Congreso dominado por los republicanos. Los expertos analizan qué futuro podría tener la relación del país con China, dado el tenso clima de competencia que existe entre las dos superpotencias.

El regreso de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos podría significar un ambiente aún más tenso en las relaciones con China, especialmente ante promesas de mayores aranceles, según un análisis de expertos del Instituto Brookings de Washington el viernes.

Trump hereda una relación entre Estados Unidos y China restablecida por los presidentes Joe Biden y Xi Jinping durante el último año tras los retos que supuso el COVID-19 y la tensión por Taiwán.

A lo largo de su campaña presidencial, Trump prometió en varias ocasiones imponer aranceles de entre el 60 % y el 200 % a los productos chinos. Durante una entrevista con Fox News el 4 de febrero, Trump dijo que impondrá aranceles de más del 60 % a las importaciones chinas, pero enfatizó que no iba a iniciar una guerra comercial.

La relación con China, además, tendrá como protagonista al nominado como secretario del Departamento de Estado, Marco Rubio. El legislador de la Florida es conocido por su oposición ideológica al comunismo y su postura de línea dura respecto a China. Sin embargo, su posición debe ser confirmada por el Senado.

Jim Himes, congresista demócrata de Connecticut, aseguró en el evento de Brookings que esta elección de un “conservador tradicional” como Rubio, le ofrece una “nota de optimismo en la política exterior de la próxima administración de Trump”.

Tras las elecciones en EEUU, la Comisión de Revisión Económica y de Seguridad de Estados Unidos y China pidió por primera vez que se ponga fin a las relaciones comerciales normales y permanentes con Beijing.

El cambio significaría que EEUU reintroduciría revisiones anuales de las prácticas comerciales de China y obtendría más influencia para abordar “comportamientos comerciales desleales”, dijo la comisión en un informe.

A finales de noviembre, el viceministro de Comercio de China, Wang Shouwen, aseguró que están dispuestos a mantener un diálogo activo con Estados Unidos basado en los principios de respeto mutuo y promover el desarrollo de las relaciones económicas y comerciales bilaterales.

Wang dijo que China sería capaz de "resolver y resistir" el impacto de los choques externos, respondiendo a una pregunta sobre el impacto de los posibles aranceles.

A pesar de los retos dominados por la competencia comercial, también habría espacio para la cooperación diplomática y la lucha mutua en contra del tráfico de químicos precursores del fentanilo.

Estados Unidos, donde el abuso del fentanilo ha sido una de las principales causas de muerte, ha presionado a China para que aplique medidas más estrictas, que incluyan la lucha contra la financiación ilícita.

En agosto, días después de una reunión de un grupo de trabajo conjunto contra los estupefacientes, China dijo que reforzaría los controles sobre tres sustancias químicas esenciales para la fabricación del fentanilo.

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Por otro lado está el cambio climático. Estados Unidos y China son dos de los principales emisores de gases de efecto invernadero del mundo. Sin embargo, dado que se espera que Trump se retire del acuerdo de París por segunda vez, la cooperación de los dos países en cuestiones climáticas llegará a su fin, aunque se espera que continúen las iniciativas subnacionales con el estado de California y otros.

El inminente regreso de Trump a la Casa Blanca también podría socavar los esfuerzos para persuadir a China de que adopte objetivos más ambiciosos de reducción de emisiones para 2035, ya que Beijing está molesto por las "barreras comerciales verdes" de EEUU sobre vehículos eléctricos, baterías y paneles solares.

A esto se suma la inseguridad alimentaria. Caitlin Welsh, directora del Programa Mundial de Seguridad Alimentaria e Hídrica del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS, por sus siglas en inglés) en Washington, dijo durante el evento el viernes que reducir la basura y pérdida de comida es un reto mayor tanto para China como para EEUU.

“Hablamos de los posibles beneficios de colaborar en la creación de normas mutuamente acordadas para el comercio en relación con cuestiones climáticas, ya que cuestiones como las emisiones de carbono y de gases de efecto invernadero y el potencial de secuestro de carbono y del suelo a través de la agricultura están surgiendo en los acuerdos comerciales y como obstáculos comerciales”, dijo Welsh.

Caroline Smith, también experta en seguridad alimentaria del CSIS, abundó en que son necesarios más “caminos de comunicación segura” entre expertos de ambos países.

“Si analizamos el comercio en EEUU, vemos que muchos agricultores dependen de los ingredientes, tanto para la alimentación humana como para la alimentación animal. Eso es muy importante para nuestros agricultores, también para los consumidores, los agricultores y los productores de alimentos chinos. Por eso, hay que pensar en cómo podemos crear ese tipo de espacio seguro. Ese es el desafío, pero también la oportunidad”, dijo Smith.

Finalmente, en el área de tecnología, los expertos anticipan que EEUU enfrentará retos para contrarrestar ataques cibernéticos y proteger infraestructura crítica.

“Somos mucho más cuidadosos y quizás hasta más moderados en nuestras operaciones cibernéticas. Podríamos cambiar eso. Por eso creo que el próximo presidente tiene la oportunidad de atacarlos con fuerza en esas áreas en particular”, dijo el congresista Himes.

Himes, abundó en que la Inteligencia Artificial podría ser otro de los puntos de encuentro entre EEUU y China.

“Todos estamos asustados porque no podemos auditar esto. No podemos controlarlo. No sabemos a dónde irá. Es incontrolable. Es impredecible. ¿Sabes quién odia la falta de control y la falta de previsibilidad más que nosotros? Los chinos. Así que me parece que ese es un área en la que realmente deberíamos estar reuniendo a nuestra gente”, concluyó.

La idea, dijo, es “proteger la seguridad nacional con tecnología sensitiva mientras se permite proceder con el comercio normal entre Estados Unidos y China”.

[Con información de Reuters y The Associated Press]

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    Salomé Ramírez Vargas

    Salomé Ramírez Vargas es una periodista multimedia radicada en Washington, desde donde produce historias de interés para América Latina con enfoque en temas como políticas migratorias, economía y cultura.

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