Un influyente consejero de inmigración del gobierno australiano renunció en protesta por el trato de línea dura, que Camberra da a quienes acuden a Australia en busca de asilo.
El presidente del Consejo Multicultural australiano, Neville Roach, dijo a la prensa local que la postura del gobierno sobre los refugiados genera prejuicio y hace daño a la comunidad.
Entre tanto, más de 200 refugiados que buscan asilo en Australia continúan una huelga de hambre de una semana, en protesta por el lento proceso en los trámites de asilo.