Cientos de personas en el oeste de Turquía duermen a la intemperie bajo un intenso frío, después que un poderoso terremoto ayer causara la muerte de por lo menos 45 personas y más de 170 heridos.
Habitantes de las áreas más afectadas se agruparon bajo tiendas de campaña y albergues improvisados, temerosos de regresar a sus viviendas ya que movimientos telúricos secuendarios sacuden la región.
Socorristas hacen entrega de frazadas, tiendas de campaña y otros suministros humanitarios a quienes quedaron sin techo.
El sismo, que registró una intensidad de 6 en la escala de Richter, tuvo su epicentro 300 kilómetros al suroeste de Ankara.