Una misionera estadounidense secuestrada el año pasado por rebeldes musulmanes en Filipinas, se dirige de regreso a su país, después que su esposo fuera asesinado en un intento de rescate de la pareja.
Antes de partir hacia Estados Unidos, Gracia Burnham habló en el aeropuerto de Manila, y agradeció a sus rescatistas e instó al gobierno filipino a que lleve ante la justicia a los rebeldes de Abu Sayyaf.
La misionera dijo que los rebeldes musulmanes no son hombres de honor, y que deben ser tratados como criminales comunes.