Estados Unidos expresó optimismo de que un acuerdo de alto el fuego en Gaza esté al alcance, un día después de que el primer ministro Benjamín Netanyahu rechazara una versión del acuerdo que Hamás dijo haber aceptado.
"Una evaluación minuciosa de las posiciones de las dos partes sugiere que deberían ser capaces de cerrar las brechas restantes", dijo el martes a los periodistas el portavoz de seguridad nacional de la Casa Blanca, John Kirby. "Vamos a hacer todo lo que podamos para apoyar ese proceso y lograr ese resultado".
El director de la CIA, William Burns, está en El Cairo, dijo Kirby, actuando como interlocutor de Estados Unidos en las negociaciones que involucran a Israel, Hamás, Egipto y Qatar. Las conversaciones tienen como objetivo lograr un alto el fuego temporal acompañado de la liberación de algunos rehenes israelíes retenidos por Hamás a cambio de prisioneros palestinos retenidos por Israel.
Pero después de destellos de esperanza a principios de esta semana, ambas partes parecen haber endurecido sus posiciones.
El martes, Israel lanzó lo que llama una "operación limitada" en Rafah, la ciudad más meridional del enclave palestino, después de rechazar el lunes una propuesta de acuerdo de alto el fuego que había aceptado Hamás. Israel dijo que el plan no cumplía con sus demandas de eliminar el papel de Hamás en la Gaza de la posguerra.
En respuesta, Hamás advirtió el martes a Israel que no habría un alto el fuego si continuaba la acción militar en Rafah.
El ministro de Defensa, Yoav Gallant, dijo que la operación continuará hasta que eliminen a Hamás en Rafah y en toda la Franja de Gaza, o hasta el regreso del primer rehén.
La operación israelí tiene como objetivo presionar a Hamás, dijo Eitan Shamir, director del Centro Begin-Sadat de Estudios Estratégicos de la Universidad Bar-Ilan de Israel.
"El objetivo de la guerra de Israel era asegurarse de que Hamás ya no controle nada", dijo Shamir a la VOA. En ese sentido, añadió, según la última propuesta que permite a Hamás un papel en la reconstrucción de Gaza después de la guerra, Israel va a "básicamente perder la guerra".
Fundamentalmente, los objetivos de las partes en conflicto son incompatibles, dijo el ex negociador estadounidense para Oriente Medio Aaron David Miller, que ahora trabaja en el Carnegie Endowment for Peace.
Yahya Sinwar, líder de Hamás en Gaza, quiere evitar el asesinato y asegurar el papel del grupo después del conflicto en Gaza, mientras que Netanyahu no tiene apoyo dentro de su coalición para detener las operaciones militares sin poner fin a la soberanía de Hamás en Gaza y eliminar su amenaza a Israel, dijo Miller a la VOA.
En un conflicto de este tipo, donde dos combatientes creen que lo que está en juego es existencial, la influencia de partes externas es limitada, dijo.
"Se necesita un Mandela y un De Klerk, y no los hay", añadió, refiriéndose a Nelson Mandela y F.W. de Klerk, líderes que trabajaron juntos para poner fin al apartheid en Sudáfrica.
Hay mucho en juego para Biden
También hay mucho en juego para el presidente Joe Biden, cuyo éxito electoral en noviembre está ligado en parte a lograr un alto el fuego y apaciguar a los demócratas progresistas, musulmanes y árabes estadounidenses que están enojados por su apoyo a Israel.
En un apasionado discurso el martes con motivo de los Días del Recuerdo para honrar la memoria de los 6 millones de judíos asesinados durante el Holocausto y otras víctimas de la persecución nazi, Biden denunció una "oleada feroz" de antisemitismo en Estados Unidos y las atrocidades cometidas por Hamás.
"Mi compromiso con la seguridad del pueblo judío, la seguridad de Israel y su derecho a existir como un Estado judío independiente es férreo. Incluso cuando no estamos de acuerdo", dijo.
El discurso se apartó de los comentarios recientes en los que Biden combinó votos de apoyo a Israel con advertencias a Netanyahu de librar la guerra de acuerdo con el derecho humanitario.
Su apoyo enfrenta una prueba clave el miércoles, cuando vence la fecha límite para un informe exigido por el Memorando de Seguridad Nacional 20, que el presidente emitió en febrero.
El memorando exige que los departamentos de Estado y de Defensa de Estados Unidos evalúen las garantías israelíes de que están utilizando armas estadounidenses de conformidad con las leyes sobre la guerra. Su administración utilizará el informe como base para futuras acciones que podrían incluir limitaciones a las transferencias de armas.
Israel lanzó su guerra en respuesta a los ataques terroristas de Hamás del 7 de octubre que mataron a 1.200 personas en Israel y tomaron como rehenes a más de 200. Según el Ministerio de Salud de Gaza, la campaña militar de Israel ha matado a cerca de 35.000 personas, incluidos combatientes.
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