Los negocios mandan y en Miami, donde una parte de la comunidad cubana ha sido reticente a la hora de apoyar un acercamiento entre Estados Unidos y el régimen castrista, no hay excepción.
Una delegación de 37 miembros del Colegio de Abogados de la Florida visitará esta semana la isla en busca de oportunidades de negocio. Y algunos de esos abogados son cubanoestadounidenses.
“Estos son tiempos excitantes”, dice Pedro Freyre, un abogado nacido en Cuba que será parte de la delegación. “Nuestros clientes estadounidenses, algunos en la lista de las 100 empresas Fortune más importantes, quieren saber si los extranjeros pueden ser dueños de tierras en Cuba… cómo es el servicio de agua y electricidad, cuáles son las leyes laborales”.
La delegación pasará tres días en Cuba a partir del miércoles y se reunirá con funcionarios gubernamentales y con su contraparte cubana, entre otros.
“Las cosas definitivamente están cambiando y nosotros intentamos ayudar a que cambien”, dice Peter Quinter, presidente de la sección internacional del Colegio de Abogados. “Estamos interesados en hacer negocios en Cuba, pero sin entender las leyes en Cuba, las compañías no pueden firmar contratos”, explica.
El sistema estatal cubano restringe las actividades de los bufetes de abogados. No hay firmas extranjeras de abogados en Cuba y la práctica privada no está permitida porque todos los abogados trabajan para entidades gubernamentales.
Pero algunas firmas grandes ya han despachado abogados a Cuba para que se reúnan con funcionarios gubernamentales, acompañen a clientes y establezcan contactos con firmas de abogados de la isla.
Como lo explica Eddy Arriola, presidente del Apollo Bank, un banco que atiende a la comunidad cubana en Miami, “antes no se podía tener una estrategia hacia Cuba. Ahora si no la tienes, pones en riesgo tu negocio”.
La información para esta nota ha sido tomada de Reuters.