Los abogados de la mujer que acusó al candidato a la Corte Suprema, Brett Kavanaugh, de agredirla sexualmente hace décadas presentaron ante el Comité Judicial del Senado firmas y declaraciones juradas de cuatro personas que dicen haber estado al tanto de la acusación antes de que se publicitara.
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Abogados de Christine Blasey Ford dijeron que los documentos están firmados por Russell Ford, el esposo de Christine, y por tres amigos, Keith Koegler, Adela Gildo-Mazzon y Rebecca White. Estas declaraciones no proporcionan una corroboración directa del presunto ataque, pero sugieren que Ford compartió detalles con ellos.
Las declaraciones, informadas en primicia por USA Today, probablemente serán utilizadas por los abogados de Ford durante una audiencia de confirmación el jueves que podría ayudar a determinar el destino de la nominación de Kavanaugh. Tanto Ford como Kavanaugh están programados a testificar.
Ford, una profesora universitaria en California, señaló que cuando eran estudiantes de secundaria en 1982, Kavanaugh la obligó a acostarse en una cama, la manoseó e intentó quitarle la ropa en una fiesta.
Kavanaugh ha negado la acusación de Ford y se espera que sus abogados refuercen su afirmación de que no asistió a la fiesta. Los abogados enviaron al comité cinco páginas de su calendario desde el verano de 1982. Las páginas muestran una fiesta de pijamas de Kavanaugh con amigos, fiestas de verano, un viaje a la playa y una lista de tareas domésticas.
Los republicanos del Senado han contratado a una fiscal en Arizona para interrogar a Ford, a fin de evitar la apariencia de parcialidad por parte del grupo de republicanos exclusivamente hombres en el panel del Senado.
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Un comunicado de prensa de la oficina del presidente del Comité, Chuck Grassley, describió a Rachel Mitchell como "una fiscal de carrera con décadas de experiencia procesando crímenes sexuales".
La pelea partidista del Senado sobre Kavanaugh se intensificó el martes, cuando el líder de la mayoría republicana, Mitch McConnell, acusó a los demócratas de apresurarse a declarar culpable a Kavanaugh y "destruir su buen nombre" con alegaciones no probadas, abandonando cualquier presunción de inocencia, un principio fundamental de la jurisprudencia estadounidense.
"La justicia importa. La evidencia importa. Los hechos importan", dijo McConnell. "Esto es Estados Unidos aquí ... Todos merecen algo mejor que esto, no solo el juez Kavanaugh".
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Los demócratas acusan a los republicanos de tratar despectivamente a Ford en un momento en que las víctimas de crímenes sexuales hablan en todo el país.
El líder de la minoría demócrata,Chuck Schumer, senador por Nueva York, dijo: "El líder McConnell debería reconsiderar lo que dijo en el calor del momento y disculparse con la doctora Ford".
Los fuertes intercambios en el Senado se produjeron un día después de que Kavanaugh apareciera en la televisión por cable de Estados Unidos para refutar todas las acusaciones de mala conducta sexual.
Una nueva acusación contra Kavanaugh, de parte de Deborah Ramírez, publicada el domingo por la revista The New Yorker, incitó a que la principal demócrata del Comité Judicial del Senado, Dianne Feinstein, pidiera un aplazamiento de la audiencia del jueves.
Los abogados de Ramírez están discutiendo con los republicanos en el Comité Judicial del Senado sobre cómo presentar sus alegaciones de que Brett Kavanaugh se expuso a ella en una fiesta cuando eran estudiantes de Yale. Ella reconoció haber consumido alcohol en ese momento, lo que nubló algunos de sus recuerdos.
El abogado de Ramírez, John Clune, dijo el miércoles en el programa de ABC, “Good Morning America”, que los miembros del comité republicano no se presentaron en una conferencia telefónica programada para discutir sus acusaciones el martes por la noche. Agregó que "la única forma de entender la verdad de lo que pasó" es que entrevisten a su cliente.
Clune sostuvo que Ramírez estaría dispuesta a testificar ante el Comité si se lo pidieran, pero que no estaba seguro de si ella lo haría sin una investigación del FBI primero.
Los republicanos del Comité encabezado por el senador Chuck Grassley de Iowa dijeron que en repetidas ocasiones buscaron evidencia de parte de Ramírez para respaldar sus reclamos y no se brindó ninguna.
“No me he negado a hablar con nadie”, escribió Mike Davis, el principal asesor republicano del comité, en un correo electrónico a los abogados de Ramírez el martes por la noche obtenido por The Associated Press.
“Simplemente solicito, por séptima vez en las últimas 48 horas, que los abogados de la señora Ramirez proporcionen al Comité Judicial del Senado cualquier evidencia que tengan antes de pasar a los próximos pasos”.
Las dos partes han participado en una creciente guerra de cartas desde que The New Yorker hizo públicas por primera vez las acusaciones de Ramírez, de 53 años, que vive en Colorado.