Militantes armados en Afganistán llevaron a cabo un ataque coordinado en una agencia de seguridad del gobierno en Kabul este martes por la mañana matando a por lo menos 30 personas y causando más de 300 heridos.
El ataque, que incluyó un coche bomba suicida, aparentemente estuvo dirigido a una agencia similar a Servicio Secreto estadounidense, que provee protección a funcionarios de gobierno de alto rango.
El ministro del Interior, Sediq Siddiqi, dijo a los periodistas que "cientos de kilogramos de explosivos" fueron colocados en el vehículo. Agregó que se están llevando a cabo investigaciones para determinar el número de atacantes, pero admitió lapsos de seguridad llevaron al mortal ataque.
El presidente afgano, Ashraf Ghani, condenó el ataque en los “términos más fuertes posibles” y dijo que mucha gente fue muerta o herida. Agregó que el ataque “claramente muestra la derrota del enemigo en una batalla frente a frente” con fuerzas de seguridad afganas.
El portavoz del Talibán, Zabihullah Mujahid, en una declaración enviada a los periodistas, se atribuyó responsabilidad por el ataque que estuvo dirigido a la agencia de inteligencia a la que calificó como “uno de los brutales e inhumanos órganos” del gobierno de Kabul.
El ataque suicida tuvo lugar cuando insurgentes del Talibán han intensificado sus ataques en más de 15 provincias afganas como parte de su ofensiva anual de primavera.