Faltando menos de 100 días para la salida británica de la Unión Europea, el flamante primer ministro Boris Johnson tiene mucha prisa, pero no para viajar a Bruselas, donde está la sede de la Unión Europea.
En la agenda del jefe del gobierno británico no figuran reuniones con funcionarios europeos. En lugar de ello, Johnson se encontraba el viernes en el corazón de Inglaterra, hablando sobre su promesa de reclutar 20.000 policías. En los próximos días hablará sobre otros aspectos de una agenda interior que presenta todo el aspecto de una plataforma electoral.
Las próximas elecciones están previstas para dentro de tres años, pero abundan las señales de que Johnson se aprestaría a convocar a elecciones anticipadas en las próximas semanas o meses para salir del impasse del Brexit que derrotó a su predecesora, Theresa May. Ella renunció después de fracasar en tres ocasiones para conseguir el respaldo del Parlamento a su acuerdo de divorcio con la UE.
Johnson ganó una contienda para sucederla como líder de los conservadores y como primer ministro, con la promesa de que el Reino Unido saldrá del bloque de 28 naciones en la fecha prevista del 31 de octubre, con o sin acuerdo.
El investigador sénior Tim Durrant, del instituto de estudios políticos Institute for Government, dijo que Johnson “enfrenta exactamente la misma aritmética parlamentaria que May”: no tiene mayoría en la Cámara de los Comunes y hay un conjunto de legisladores que rechazan todos los intentos de salir de la UE, sea con o sin acuerdo.
“Evidentemente se presenta como la persona capaz de consumar el Brexit y la manera de alterar la aritmética parlamentaria es llamar a elecciones”, dijo Durrant.
Johnson dice que la elección no es su prioridad, lo cual dista de decir que la descarta.
El jueves, Johnson dijo en la cámara que los británicos habían tenido muchas oportunidades recientes para votar, con dos elecciones y un referendo sobre la permanencia en la UE en los últimos cuatro años.
“El pueblo de este país ha votado en 2015, 2016 y 2017 y lo que quiere ver es que este Parlamento cumpla con el mandato que nos entregó”, que es salir de la UE, dijo.
Al exponer sus prioridades en su primer discurso parlamentario como primer ministro, Johnson dijo que quería la salida con acuerdo, pero insistió que la UE debe hacer grandes cambios al acuerdo rechazado de May, incluida la eliminación de una póliza de seguro para la frontera irlandesa que los legisladores británicos han rechazado.
La UE, que ha insistido reiteradamente que no cambiará el acuerdo, calificó la posición de Johnson de agresiva e inconducente.
El viceprimer ministro irlandés Simon Coveney dijo el viernes que Johnson se ha colocado en un “rumbo de colisión” con el bloque europeo.
“El enfoque que parece aplicar el primer ministro británico no será la base de un acuerdo”, dijo. “Y eso preocupa a todos. Desde el punto de vista de la negociación del Brexit, ayer fue un muy mal día”.
Sin embargo, desde el punto de vista de la política británica, las posiciones de Johnson obedecen a una lógica. El profesor de política Steven Fielding, de la Universidad de Nottingham, dijo que el primer ministro quiere culpar a Bruselas si fracasan las conversaciones y Gran Bretaña enfrenta los trastornos de una salida sin acuerdo.
“La hipótesis más probable es que Boris va a Bruselas, Bruselas dice que no, Boris dice que ‘Bruselas nos impone condiciones. Queremos un acuerdo, pero no nos dejan’”, dijo Fielding. “Con esos argumentos, dirá luego, ‘vengan y apóyenme en el camino a nuestro glorioso Brexit’ y convocará a elecciones”.