La designación de la vicepresidenta Marta Lucía Ramírez como la nueva canciller en Colombia no solo apunta a un espaldarazo a las políticas del presidente Iván Duque, en medio de la crisis que vive el país, sino además significa la renuncia a una posible candidatura presidencial, según analistas consultados por la Voz de América, quienes además creen que sus principales retos estarán encaminados en fortalecer la relación con el gobierno estadounidense y calmar los ánimos, en materia internacional, frente a las denuncias del abuso de la fuerza pública en medio de las protestas que hoy suman 23 días.
El anuncio, hecho por el presidente Iván Duque en la tarde del miércoles, llega en medio de una crisis sin precedentes que ha generado transformaciones en el gabinete presidencial y que se suma, además de la renuncia de la excanciller Claudia Blum, a la dimisión del ministro de Hacienda, Alberto Carrasquila, pero además al cuestionamiento de la imagen del Gobierno, ante organismos y organizaciones internacionales materia de derechos humanos.
En medio de este contexto, para Jorge Iván Cuervo, analista político, investigador y profesor de la Universidad Externado de Colombia, el estallido social que vive el país hizo cambiar el escenario político y el presidente "necesita fortalecer políticamente su gabinete, no solo en términos de representación política, sino de alguien con más peso político, que es una de las cosas que se le ha criticado", y la llegada de Ramírez a la cancillería, resuelve en parte, precisamente, este llamando.
Principales retos
La llegada de Ramírez, además, se hace para enfrentar "las críticas de la comunidad internacional con ocasión de todo lo que se ha señalado de la represión y del uso excesivo de la fuerza, de parte de la policía a la protesta social", según el analista Cuervo, quien cree que el mandato que le da el presidente a la ministra es "amainar un poco las críticas ante la comunidad internacional por la denuncias de abuso policial durante la protesta".
Para Yann Basset, politólogo y director del Grupo de Estudios de la Democracia (DEMOS) de la Universidad del Rosario, donde además es docente, el nombramiento de la nueva canciller tiene mucha relevancia en la política internacional, pero particularmente en la relación con Estados Unidos.
El Gobierno colombiano "ha tenido ciertos desencuentros en el pasado con un acercamiento quizás demasiado político a la administración" y este cambio en la cancillería, "es también una señal de adaptación, creo, de la diplomacia colombiana a la nueva situación y a la nueva administración (estadounidense)".
En este sentido, el experto del DEMOS señala que la Ramírez debe generar confianza y "convencer de la legitimidad de la acción de este Gobierno en esta crisis social, que ha generado cierta inquietud en Estados Unidos", así como encontrar un apoyo del país norteamericano para salir de la crítica coyuntura.
El investigador Cuervo coincide con esta idea, pues dice que es necesario recomponer la relación, debido a que el presidente Joe Biden "tiene una visión diferente tanto del acuerdo de paz, de apoyarlo con más entusiasmo" y hacer frente al "cuestionamiento a los temas de derechos humanos. Ya hay un grupo importante de congresistas que están pidiendo una posición más dura".
Pero, además, dice Cuervo, la nueva canciller debe reconfigurar la agenda, en otros escenarios multilaterales, que en el último año "fue bastante insípida".
¿Qué pasará con Venezuela?
El Gobierno del presidente Iván Duque ha liderado, en la región, la idea de ejercer presión para lograr una salida de Nicolás Maduro del poder, y que se den las garantías para celebrar elecciones libres en Venezuela.
Marta Lucía Ramírez, en reiteradas ocasiones, ha arremetido contra el mandatario venezolano. Incluso, lo ha llamado "cínico" y lo ha acusado de resguardas a grupos criminales, disidencias de las FARC y a ser cómplice de negocios ilícitos, como el narcotráfico.
Según el docente de la Universidad Externado, la postura y la retórica, tanto de la canciller como del presidente hacia Venezuela no va a cambiar, al menos, en el corto plazo, a menos de que existan cambios importantes, en medio del acuerdo que se estaría buscando entre el Gobierno de Maduro y la oposición.
"Eso podría dar algunos cambios y podría, por ejemplo restablecer una oficina consular en Venezuela que ayudaría mucho para efectos prácticos, pero tal vez no se cambie esa postura, ya va a ser par le próximo gobierno", explica Cuervo.
El profesor Basset cree que el Gobierno colombiano debe bajar el tono frente a la crisis venezolana y asegura que no será un tema central en la gestión de la cancillería, como si lo fue en gestiones pasadas.
"La política beligerante con Venezuela ya no puede mantenerse porque fracasó", dice el docente de la Universidad del Rosario, quien agrega que "ahí va a haber no un cambio radical frente la discurso sobre el asunto, pero sí yo creo que se le va a bajar un poco el tema".
Frente a la contienda electoral
Marta Lucía Ramírez era uno de los nombres que más sonaban, con miras a las elecciones de 2022, junto con el del fallecido exministro Carlos Holmes Trujillo, dentro de la bancada de derecha.
A menos de 10 días de que finalice el plazo límite para que los funcionarios con aspiraciones a la presidencia renuncien a sus cargos, su nombramiento implica su renuncia a una candidatura presidencial.
En este contexto, dice Cuervo, el sector de derecha, denominado Uribismo -donde su mentor es el expresidente Álvaro Uribe Vélez- "claramente no tiene un candidato ni una candidata fuerte".
Basset, por su parte, dice que a pesar de que Ramírez era una alternativa, "no era una opción muy ganadora".
Ambos analistas coinciden que la táctica del uribismo será buscar candidato, fuera del partido Centro Democrático -en el que milita el presidente Duque y donde el líder es precisamente Álvaro Uribe-, en partidos afines.
¡Conéctate con la Voz de América! Suscríbete a nuestro canal de YouTube y activa las notificaciones; o bien, síguenos en redes sociales: Facebook, Twitter e Instagram.