El presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Mauricio Claver-Carone, lamentó la falta de inversión en infraestructura en los últimos tiempos en América Latina y el Caribe, primordialmente porque eso puede acabar provocando una grave ralentización de la economía en esta región fruto de la crisis sanitaria por el coronavirus.
“La pandemia ha dejado en evidencia las deficiencias de la región y la falta de inversión en infraestructuras”, comentó el máximo responsable del BID durante una sesión de la reunión semestral de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) para abordar algunos temas relacionados con la prensa y la actualidad.
El escenario es más preocupante ya que algunos países han tenido que volver otra vez a los confinamientos y al cierre de escuelas “en un intento desesperado de salvar vidas” ya que en algunos lugares, especialmente en la región del sur del país, el número de casos positivos continúa en ascenso y la distribución de la vacuna sigue siendo muy lenta.
“El ritmo de muertes en la región es 3,5 veces más que la media global y los gobiernos están luchando por conseguir vacunas, preocupados y abrumados porque están subiendo los casos”, manifestó Claver-Carone.
Efectos en la economía
Todo eso tiene un efecto directo en la economía. Organismos internacionales como el BID, el Banco Mundial o el Fondo Monetario Internacional ya han alertado de eso. Se calcula que la actividad económica se redujo en un 6,7% durante el 2020 y, aunque se pronostica una mejora para el 2021, las perspectivas no son muy esperanzadoras.
Además, el BID estimó que, en el ejercicio anterior, América Latina y el Caribe sufrió “la peor contracción económica de los últimos 200 años, desde 1821”.
“La salud de las economías de la región ha empeorado y ahora registra el crecimiento más lento de todo el mundo”, advirtió Claver-Carone, que ocupa el puesto de presidente del BID desde octubre.
Con todo, también se está registrando un fenómeno acentuado en prácticamente todos los países: “La brecha entre ricos y pobres se ha ampliado, y eso ha provocado protestas sociales contra la desigualdad”.
Y es que la situación es “preocupante” y “alarmante” para los organismos financieros internacionales encargados de velar por las economías de todo el mundo, y especialmente en la región sur del continente americano.
“Estimamos que unos 39 millones de personas han perdido sus empleos a tiempo completo y que 44 millones de personas están en situación de pobreza”, explicaba Claver-Carone durante su intervención vía telemática durante la sesión especial de la SIP.
Plan conjunto en América Latina
Ante este escenario, la BID plantea la posibilidad de diseñar un plan conjunto que integre a los países de la región para buscar una solución a largo plazo en los índices socioeconómicos. “Tenemos que trabajar con los países para resolver la crisis y los problemas, no únicamente en los datos económicos y en la productividad. También nos tenemos que enfocar en las familias que quieren un mejor futuro para sus hijos, se trata de mejorar el servicio sanitario, se trata de ayudar a los jóvenes”, expuso.
Esa es la prioridad que se ha propuesto Claver-Carone al frente del Banco Interamericano de Desarrollo ya que considera “urgente” abordar este tipo de problemáticas en la región. Al mismo, y consciente del momento clave que se está viviendo ahora con la crisis sanitaria acechando a la población y a los más vulnerables, hay que pensar en estrategias aprovechando las oportunidades que ha dejado la pandemia.
“Cuando me convertí en presidente del BID empecé a trabajar urgentemente con nuestros expertos para diseñar un plan de reinversión en la región e incrementar las oportunidades creadas a raíz de la pandemia”, comentó el presidente del BID “optimista de que las oportunidades pueden dar soluciones para aquellas familias que están batallando contra la COVID-19 desde el año pasado”.
Las “oportunidades” del COVID-19
Esas “oportunidades” a las que hace referencia se encuentran especialmente a los cambios de hábitos de la población, que se ha visto obligada a asistir a clases en línea, implementar el teletrabajo o acudir a una cita médica a través de una plataforma digital.
Ante esto, está convencido de que “se abre una puerta” a la posibilidad de inversión en el sector de “digitalización” y “conectividad” teniendo en cuenta que la “nueva normalidad post-pandemia” contempla este escenario.
“El cambio masivo a la educación, al trabajo y a la sanidad en línea ha abierto oportunidades a la educación a distancia, al teletrabajo y a la telemedicina, y eso supone grandes oportunidades para invertir en digitalización y conectividad”, dijo al respecto.
Eso será “crítico para crear empleos” en la región, siempre y cuando se logre que la gente pueda asegurarse “un internet rápido y asequible”.
“Así se podrá cerrar la brecha que hay en los países de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos) creando más de 15 millones de empleos”, concluyó.
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