El 1 de agosto hubo manifestaciones en 24 estados y el Distrito Federal de Brasil que pidieron cambios en el sistema de votación del país para la adopción de boletas de papel, un esfuerzo que ha sido impulsado por el presidente y sus simpatizantes antes de las elecciones presidenciales del año próximo, pero que no ha ganado mucho movimiento en el Congreso.
En declaraciones ese mismo día, el presidente Jair Bolsonaro aplaudió a los que salieron a las calles y defendió que demandaban "el conteo público de votos", y que las elecciones presidenciales de 2018 estuvieron "plagadas de muchas señales fuertes de manipulación”.
Las denuncias de Bolsonaro de manipulación, sin embargo, son infundadas. De hecho, el 2 de agosto, la Corte Superior Electoral de Brasil (TSE) anuncio una investigación de los reclamos de fraude del mandatario.
El presidente ha insistido por dos años en fraudes en el sistema de votación electrónico sin presentar pruebas. Pocos días después de sus comentarios durante las manifestaciones, Bolsonaro dijo que presentaría pruebas, pero después admitió que “no había modo de probar si las elecciones fueron fraudulentas o no”.
Múltiples agencias de prensa han desmentido las denuncias de fraude y manipulación desde 2018.
Comprender las denuncias
Una gran denuncia es que Bolsonaro debió ganar las elecciones en la primera vuelta, pero que una manipulación en el conteo de votos, por medio de la cual -según su versión- muchos votos a su favor habrían sido desviados hacia el candidato del Partido de los Trabajadores, no permitió que eso sucediera.
Basado en números del grupo de comunicación Rede Globo, a las 7:00 de la noche hora de Brasilia, durante la primera ronda de las elecciones presidenciales de 2018, la región Sur había computado más del 85% de los votos, Centro-Oeste el 73,5%, Norte el 48%, Noreste casi el 44% y Sureste solo el 11%, como reportó la Agencia Lupa de confirmación de datos. Hasta ese momento, Bolsonaro había ganado el 49% de los votos.
Cabe señalar que el anuncio de resultados parciales solo es permitido después que la votación ha concluido en todas las regiones de Brasil, usualmente alrededor de las 7:00 de la noche hora de Brasilia, puesto que hay que tomar en cuenta las diferencias de horarios.
Sin embargo, después de completado en conteo de votos, el acumulado de Bolsonaro descendió a 46%. Esto puede explicarse de este modo: primero, las regiones donde Bolsonaro tuvo mayor éxito (como el Sur) ya habían completado el grueso de su conteo, mientras que en el Noreste (sus peores resultados) aún faltaban más de la mitad de los votos por contar.
Segundo, en el caso de la región Sureste, aunque Bolsonaro obtuvo el 53% de los votos, el retraso en el conteo fue provocado por fallas técnicas en los estados de Sao Paulo y Minas Gerais, los dos estados de la región donde Bolsonaro conquistó menos votos (53% y 48%, respectivamente).
Además, como reportó el periódico Globo en junio de 2020, la compañía contratada para “respaldar el volumen de accesos necesarios para la difusión de datos el día de las elecciones” no soportó el gran volumen de accesos. “Esto provocó graves inestabilidades que impidieron el acceso correcto a los datos de la Corte Electoral”, explicó un documento de la Infraestructura de Coordinación de TI de la Corte Superior Electoral de Brasil.
Esto significa que los datos que fueron divulgados durante la noche de la primera ronda de elecciones fueron insertados por compañías de prensa y por lo tanto no eran los números oficiales. En conclusión, la diferencia entre resultados no reflejaron fraudes en el sistema.
Respuestas de la altas cortes de Brasil
La Corte Superior Electoral de Brasil ha rechazado vehementemente las denuncias de Bolsonaro sobre el sistema de votación electrónico del país.
En una nota de prensa el 9 de julio, la corte dijo que “desde la implementación de las máquinas electrónicas de votación en 1996, no se ha documentado ningún episodio de fraude. En este sistema fueron elegidos los presidentes Fernando Henrique Cardoso, Luiz Inácio 'Lula' da Silva, Dilma Rousseff y Jair Bolsonaro. Como puede verse simplemente, el sistema no es solo completo, pero también permite la alternación del poder”.
El sistema de votación electrónica de Brasil ha sido elogiado por eliminar el fraude y acelerar los resultados electorales desde su implementación.
Mientras el presidente y sus partidarios continúan expresando dudas sobre el sistema de votación y promoviendo las boletas de papel, el magistrado de la Corte Suprema de Justicia Luís Roberto Barroso dijo el 29 de julio que las boletas de papel se prestan más a manipulación.
“Estamos hablando de 150 millones de votos en un país donde muchas partes y muchas regiones tienen problemas con robos de cargas, milicias y crimen organizado”, explicó.
Barroso y otros jueces han sido atacados por Bolsonaro y sus simpatizantes en múltiples ocasiones. El 2 de agosto, después de que el TSE abrió una investigación sobre Bolsonaro, Barroso continuó rebatiendo el argumento de cambiar el sistema de votación, afirmando que las boletas son mucho menos seguras.
“Ya hemos superado enormes ciclos de retrocesos institucionales, pero hay recién llegados que quisieran regresar al pasado. Y parte de esa estrategia incluye atacar a las instituciones”, dijo.
[Versión en español por Waldo Serrano]
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