El Perú está actualmente en la cúspide del brote de coronavirus, pero el número de casos ha dejado de aumentar y se espera que pronto la curva empiece a descender, afirmó la exministra de Salud, Patricia García, en una entrevista por vídeoconferencia con la Voz de América.
“Ya hemos llegado a una especie de meseta y no tarda la curva en empezar a bajar. Esto se está moviendo por los casos en Lima. Hay algunas regiones en zonas selváticas donde los casos están subiendo, pero en Lima el gran número de casos es porque estamos haciendo más pruebas, en los mercados, a gente asintomática. Ningún otro país está haciendo eso”, dijo García, médica y mágister en Salud Pública y Epidemiología de la Universidad de Washington.
Perú ha registrado hasta el momento más de 140.000 casos y unas 4.000 muertes, según las estadísticas de la Universidad Johns Hopkins.
Indicó que aunque la Organización Mundial de la Salud, OMS, y la Organización Panamericana de la Salud, OPS, consideran a América Latina el epicentro de la pandemia, es porque otras regiones, como Europa, China y Estados Unidos ya están viendo un aplanamiento de sus curvas de avance del virus. En partes de Latinoamérica los casos siguen aumentando.
Mientras en Perú, los casos están en esa meseta y se espera bajen. Pero García señala que en Perú, al igual que otros países latinoamericanos hay temas sociales, económicos y de infraestructura que no ayudan a combatir la pandemia.
Reiteró que en cierta medida las altas cifras de contagio reflejan la enorme cantidad de pruebas que se están haciendo a los peruanos, incluso aquellos que no han mostrado ninguno de los típicos síntomas de la enfermedad.
Afirma que se han hecho más de 800.000 pruebas, ya que con anticipación se lograron comprar un millón y medio de pruebas que fueron validadas para asegurar su buen desempeño.
En el plan de la infraestructura de salud pública, explicó que muy temprano se logró determinar que el país no tenía suficientes camas de cuidados intensivos, con suficientes respiradores artificiales par hacerle frente al brote.
“Quiero aclarar, en Perú se comenzaron las acciones muy tempranas por conocer nosotros nuestras debilidades. Tenemos un sistema de salud fragmentado, con poca inversión en salud pública, nos dimos cuenta que teníamos 100 camas de cuidados intensivos disponibles para un país de 30 millones de habitantes”, explicó García.
Desde entonces se lograron adquirir respiradores adicionales y actualmente se tienen unos 1.000, con lo cual se ha logrado atender los casos más graves sin que hagan falta más respiradores. Aún así tienen equipos de médicos, ingenieros y otros trabajando en el diseño y construcción de respiradores artificiales peruanos.
Luego están los factores económicos y en eso destacó la informalidad en la economía peruana, donde millones trabajan por su cuenta, sin estar cubiertos por seguros médicos y sin la posibilidad de continuar recibiendo un salario en caso de caer enfermos.
“La informalidad es crítica porque significa que la gente debe salir a la calle para traer el pan de cada día”, explicó García. “Encerrarlo es ponerlo en una situación donde se tiene que preguntar, ¿de dónde sobrevivo?”.
Luego vienen los aspectos culturales. Los peruanos, al igual que muchos latinoamericanos no son de aislarse, sino de reunirse. No son de mantener distancia, sino de darse las manos, palmadas en la espalda, abrazos y besos.
“Es importante continuar con las acciones de prevención y hacerle entender a las personas que las acciones que se han tomado son fundamentales porque necesitamos que estas curvas empiecen a bajar”, agregó la exministra peruana.
Y a esto hay que agregar que lugares que tienden a ser muy concurridos, no disponen de las condiciones para evitar el contagio. Citó el caso de los mercados, que como en muchos lugares de Latinoamérica son lugares abarrotados de mercadería y personas, con pobre ventilación y más lamentables sistemas sanitarios.
“Los gobiernos locales tienen que trabajar en eso, reubicarlos si es posible, a otros lugares que tengan mejor ventilación”, dijo García. “En eso pueden trabajar en conjunto los gobiernos locales con el gobierno nacional”.
Y finalmente está el sistema de transporte público, un caos sobre ruedas donde con frecuencia los autobuses circulan con sobrecarga de pasajeros y donde hablar de distanciamiento social es una utopía.
“En el Perú hay muchas normativas, mucha burocracia, pero lo que hay que hacer es que esas normas se cumplan”, dijo García sobre el desorden en el transporte público. “Los choferes tienen que pensar más en ellos mismos, en sus pasajeros y en el país”.