Dolientes se congregaron el jueves en el funeral de un reportero mexicano cuyo cadáver decapitado fue hallado la víspera en un área del estado de Veracruz, donde se ha registrado violencia del crimen organizado durante meses.
El diario El Mundo de la ciudad de Córdoba reportó el miércoles que el cuerpo del reportero Julio Valdivia fue hallado cerca de su motocicleta en el pueblo de Motzorongo. Familiares y amigos le rindieron tributo, pero se mostraron renuentes a hablar por temor.
Valdivia cubría noticias generales en esta parte de Veracruz, incluyendo el delito. En México, ese tipo de reporteros a menudo atrae la atención de grupos criminales molestos por la cobertura o que tratan de controlar qué noticias son publicadas.
El jueves, el presidente Andrés Manuel López Obrador dijo que sabe que los periodistas realizan una tarea heroica en esa parte de Veracruz y en otros lugares.
"Por eso se tiene que investigar y castigar a los responsables en todos los casos", dijo.
Valdivia, que tenía seis hijas, es al menos el sexto periodista asesinado este año en México. Su amiga Ángela Carrasco dijo que el periódico no le había pagado su salario completo en ocho meses. Estaba ganando 1.000 pesos —unos 47 dólares— a la semana, dijo. Carrasco agregó que su amigo se tomaba muy seriamente su trabajo y siempre trataba de salir adelante por sus hijas. "Por eso vivía".
La fiscalía del estado de Veracruz dijo el miércoles en un comunicado que la investigación incluiría como una de sus líneas principales el trabajo de Valdivia como periodista. Las autoridades mexicanas han sido criticadas en casos previos por desechar rápidamente cualquier conexión entre el asesinato de periodistas y su trabajo.
La Comisión Estatal para la Atención y Protección de los Periodistas dijo en un comunicado que Valdivia no les había reportado haber recibido amenazas y por lo tanto no tenía medidas especiales de protección. La Comisión condenó el asesinato de Valdivia y llamó a las autoridades a investigar profundamente cualquier conexión con su trabajo.
El jueves, el presidente de la comisión, Jorge Morales, visitó a la familia de Valdivia.
"En Veracruz hay regiones silenciadas o donde existen ya vacíos del estado de derecho de facto que hacen que los periodistas recurran a la autocensura como medio de protección", dijo Morales. Afirmó que los grupos que operan en lugares como ese están involucrados en robo de combustible, producción de drogas, extorsión, secuestros y robo de mercancía de camiones. "Estamos hablando ya de zonas que están en descomposición".
Tezonapa, de donde Valdivia era originario, está en la frontera entre Veracruz y Oaxaca. Motzorongo, donde fue hallado el cadáver, está apenas a unos 8 kilómetros de Tezonapa.
El área donde se encuentran Veracruz y Oaxaca es violenta. Numerosos grupos del crimen organizado, incluyendo el Cártel Jalisco Nueva Generación, operan en la zona. Reporteros locales dicen que el área es dominada por el delito organizado. Valdivia es al menos el tercer reportero asesinado en el área desde el 2015.
En febrero, el gobernador de Veracruz, Cuitláhuac García, y su homólogo de Oaxaca, Alejandro Murat, firmaron un acuerdo de cooperación para enviar más recursos de seguridad al área para reducir la violencia. Dijeron que las fuerzas estatales de seguridad con el respaldo de la Guardia Nacional y la Marina patrullarían el área.
En junio, un niño mexicano-estadounidense de 16 años fue asesinado en Acatlán de Pérez Figueroa, Oaxaca. Las autoridades dijeron que un policía local le disparó al muchacho en la cabeza con una escopeta cuando éste pasó en una motocicleta por un retén junto con amigos. La madre del adolescente dijo que los jóvenes habían ido a una tienda a comprar sodas. El policía fue arrestado.