Las pandemia generada por la propagación de la COVID-19 ha aumentado en la región la exposición de la población vulnerable a la trata de personas y ha puesto a prueba las actividades de las instituciones, según expertos que participaron el jueves, en el diálogo virtual sobre Trata de Personas en América Latina y el Caribe.
Mauricio Claver-Carone, presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), afirmó que han aumentado las víctimas detectadas y los tratantes condenados por una práctica en la que la mayoría de los primeros son mujeres y niñas.
Según él, la trata de personas "es el tercer negocio más lucrativo para el crimen organizado, después del narcotráfico y la falsificación" y genera "150.000 millones de dólares al año, los cuales 12.000 corresponden a América Latina y el Caribe". Así mismo, agregó, dos tercios corresponden a la explotación sexual.
También alertó sobre la impunidad, pues señaló que por cada caso detectado, hay por lo menos 20 sin detectar, y que se hace necesario "fortalecer las capacidades de seguridad y justicia para seguir la trata", así como cooperar con empleos y brindar acompañamiento a las víctimas durante el proceso judicial.
Por su parte, Ghada Waly, directora ejecutiva de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), manifestó que las víctimas de la trata "se encuentran en una situación sumamente grave, en medio de la pandemia". "Carecen de servicios de la salud y asistencia médica", ahondó.
Ilias Chatzis, jefe de la sección de trata de personas y tráfico de migrantes de la UNODC apuntó que los números de investigaciones están por debajo del tráfico real de seres humanos. "Los niños son los más vulnerables y América latina tiene el número más elevado de víctimas mujeres de tráfico humano y el mayor numero de niños".
Así mismo, Chatzis manifestó que se han incrementado los delitos como la explotación sexual.
Desafíos 2020
El embajador John Cotton Richmond, que dirige la Oficina del Departamento de Estado para monitorear y combatir la trata de personas, resaltó los avances en el interés de los Estados por erradicar este delito: "Hace 20 años, no había ningún país que tuviese una ley que abarcarse todo lo relacionado al tráfico de personas, y hoy tenemos más de 150 personas que la tienen".
Sin embargo, manifestó su preocupación pues dice que existe un 20% de disminución en el "enjuiciamiento de los traficantes en el mundo entero".
"Me parece que los traficantes están operando de manera impune y los gobiernos tiene la obligación de invertir esta tendencia. Los traficantes tienen que rendir cuentas. Si no logramos eso... todo lo que hacemos es inútil", agregó y enfatizó en que lo que quieren "las víctimas es un cambio, que se detenga el dolor".
Richmond insistió en que son necesarias unidades de investigación y procuradores especializados. "En vez de simplemente añadir una tarea al investigador, tenemos que asegurar que las unidades especialidades se dediquen principalmente a procesar estos delitos", argumentó el embajador.
Chatzis, por su parte, opinó que es necesario" tener una cooperación más estrecha a nivel internacional, lo que incluye fortalecer los protocolos". Así mismo, dijo que, en medio de la pandemia, las personas frente a las pantallas se hacen más vulnerables.
El impacto del pandemia es preocupante, agregó, pues hay datos e informes que "demuestran que cada vez que estallas una crisis económica, la trata de personas aumenta".
Otro de los desafíos de la región es que "tiene los porcentajes más bajos en tecnología moderna en la lucha contra la delincuencia", agregó.
Por su parte, Tahis Faria, oficial regional de derechos fundamentales de la Organización Internacional del Trabajo apuntó que "la dificultad de integrar estas personas en trabajos decentes" es latente e insta a las compañías a integrase al tema.
Incluso, Matthias Thorns, vicesecretario general de la Organización Internacional de Empleadores, aseguró que es necesario aunar fuerzas en el mercado laboral, regularizar a los migrantes "para no tener que depender de los traficantes" y unir esfuerzos de diferentes iniciativas.
La situación en la región
Claudio Panoeiro, secretario Nacional de Justicia del Ministerio de Justicia y Seguridad Pública de Brasil resaltó que, durante la pandemia, el gobierno de su país creó un programa de transferencia de ingresos, para brindar un ingreso mínimo a extranjeros y nativos y aseguró que las personas, "al recibir los recursos, dejan de ser vulnerables al acoso de los traficantes".
En Chile, se está ejecutando un protocolo de atención a víctimas, que reúne... alojamiento, asistencia en salud, trabajo, regularización migratoria y retorno asistido de las víctimas, según explicó Camila Astraín Rubio, jefa del Departamento del crimen organizado, ministerio del Interior y de Seguridad Pública de ese país.
En Colombia, existe un comité contra la trata de personas, donde "todas las entidades articulan, definen y establecen lineamientos para combatir este grave delito", explicó Gloria Gaviria, jefe de cooperación y relaciones internacionales del Ministerio de trabajo de Colombia.
Prevención del delito y búsqueda de casos, por medio de ofertas laborales, una política pública de erradicación de la explotación sexual, y la inspección y control de las organizaciones, a través de una guía para los inspectores son los frente en los que actúa Colombia, según Gaviria, quien agregó que "la población venezolana es muy sensible a esta vulnerabilidad frente a este tipo de delitos".
Félix Santana Ángeles, secretario técnico de la Comisión Intersectorial, dijo que en México se ha presentado un fenómeno relacionado con la disminución de prostitución ajena, pero con el incremento en la explotación laboral y el trabajo forzoso.
El confinamiento, añade Santana, amplía el abanico de posibilidades y las regiones más vulnerables son los estados de frontera con EE.UU. y los estados mexicanos turísticos.
Para Rosa Corea, secretaria ejecutiva de la Comisión Intersectorial para prevenir, sancionar y erradicar los delitos en materia de trata de personas de Honduras, los desafíos están representados en cómo manejar adecuada y responsable las redes sociales, para evitar riesgos potenciales.