El anuncio del presidente Pedro Castillo de disolver el Congreso de Perú fue rechazado el miércoles por organizaciones derechos humanos y algunos gobiernos de la región y Europa, si bien hubo excepciones, como la del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, quien culpó a “las élites económicas y políticas” de lo sucedido.
Los gobiernos de Colombia y Costa Rica fueron los primeros en reaccionar, rechazando los hechos que llevaron a la destitución y detención de Castillo por parte de las autoridades peruanas.
"El gobierno de Colombia expresa su preocupación por la crisis política en Perú, se solidariza con el hermano pueblo peruano y hace un llamado al diálogo a todos los actores políticos para salvaguardar la democracia", indicó en un comunicado la cancillería.
La cartera de Exteriores condena, además, "todo atentado contra la democracia, venga de donde venga".
Otro tanto hizo el gobierno de Costa Rica, al expresar en un comunicado que "lamenta profundamente la situación que enfrenta la nación hermana de Perú". En ese orden hizo "un llamado al respeto del orden constitucional, el Estado de Derecho y la democracia"
El gobierno de la nación centroamericana, asimismo, canceló su participación en la cumbre de la Alianza del Pacífico, prevista en Lima para el día 14 del presente mes.
"El Gobierno de Costa Rica lamenta profundamente la situación que enfrenta la nación hermana de Perú y hace un llamado al respeto del orden constitucional, el Estado de Derecho y la democracia. Costa Rica cancela su participación en la cumbre prevista en Lima, la semana entrante.
Chile, por su parte, lamentó la situación política en Perú tras la destitución de Castillo. "El Gobierno de Chile lamenta profundamente la situación política que está viviendo la República del Perú, y confía en que esta crisis que afecta a un país hermano se pueda resolver a través de mecanismos democráticos y el respeto al Estado de Derecho", señaló la Cancillería en un breve comunicado.
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El gobierno español también expresó preocupación por lo sucedido en el país latinoamericano y la vuelta al control de las autoridades. "El Gobierno de España condena firmemente la ruptura del orden constitucional en Perú y se congratula por el restablecimiento de la normalidad democrática", señaló en un comunicado.
El gobierno de Estados Unidos se expresó preocupado por los recientes hechos en Perú que llevaron a la destitución del presidente Pedro Castillo luego de que este anunciara una disolución del Congreso y declarara un gobierno de excepción.
“Categóricamente rechazamos cualquier acto contrario a la Constitución de Perú, rechazamos cualquier acto que socave la democracia en Perú”, expresó en rueda de prensa Ned Price, portavoz del Departamento de Estado de EEUU, poco después de conocerse la destitución de Castillo.
México y Bolivia, voces discordantes
Por otro lado el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, optó por desligarse de las reacciones de la región contra Castillo, alegando que los principios de “no intervención y la autodeterminación de los pueblos” son parte de los principios de su gobierno, según escribió en Twitter.
López Obrador, en cambio culpó a “las élites económicas y políticas” peruanas por la presión que ejercieron contra Castillo desde el inicio de su mandato para que éste tomara la decisión del miércoles que ha llevado a Perú al borde de una crisis institucional.
En ese mismo orden, el mandatario boliviano Luis Alberto Arce acusó a las fuerzas derechistas en Perú de intentar derrocar a Castillo desde los inicios de su mandato.
“Lamentamos lo ocurrido en la hermana República del Perú, donde enviamos toda nuestra solidaridad”, dijo Arce por medio de un tuit en tanto pidió la condena en masa contra “El constante hostigamiento de élites antidemocráticas contra gobiernos progresistas, populares y legítimamente constituidos”.
Organismos llaman al respeto de los derechos humanos
Finalmente afirmó: “ Abogamos porque la democracia, la paz y respeto a los Derechos Humanos, prevalezcan en beneficio del pueblo peruano”.
La organización Amnistía Internacional alertó del movimiento que pretendió Castillo al disolver el Parlamento. A esta alerta se sumó Human Rights Watch (HRW, por sus siglas en inglés).
Castillo fue destituido poco después el mismo día por el Congreso en una votación por mayoría que incluyó a congresistas de izquierda.
“Ante la grave crisis política que enfrenta Perú, exigimos a las autoridades el respeto irrestricto de los derechos humanos de todas las personas. Recordamos que estos no pueden ser vulnerados bajo ninguna circunstancia”, indicó en un tuit Amnistía Internacional (AI).
La directora para las Américas de AI, Erika Guevara Rosas, por su parte advirtió que tras el anuncio de Castillo las autoridades deben respetar los derechos humanos de los manifestantes.
“En medio de una crisis política Exhortamos que los DDHH de todas las personas en Peru sean respetados, particularmente la libertad de expresión y protesta”, tuiteó Guevara Rosas.
En tanto Juanita Goebertus, directora de HRW para la región insistió en el papel que deben jugar las instituciones democráticas en una situación tal.
“Las instituciones deben lealtad a la Constitución, no a un presidente golpista”, dijo Goebertus en un tuit.
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