Decenas de personas se dieron cita en el mismo lugar donde cayó abatido por la policía el joven afroestadounidense Michael Brown para conmemorar los dos años de su muerte.
Las personas congregadas participaron de un servicio recordatorio para luego dar paso a un minuto de silencio en memoria del joven de 18 años.
Brown recibió disparos mortales del oficial de policía, Darren Wilson, el pasado nueve de agosto de 2014. Este hecho desencadenó una serie de protestas y actos violentos contra la violencia policial.
Muchos de los asistentes como Mama Fatou, de 66 años asistió a la ceremonia en compañía de su nieta y sus dos hijos pequeños y expresó que aún siente tristeza, especialmente por los padres de Brown.
“Es duro ver a un padre perder a su hijo”, dijo Fatou. “Su dolor es nuestro dolor”, agregó.
Un gran jurado decidió no presentar cargos criminales contra el policía y el departamento de Justicia posteriormente lo absolvió. La conclusión fue que Darren Wilson actuó en defensa propia. El oficial decidió renunciar a la policía en noviembre de 2014.
Este caso propició una polémica sobre el accionar de la policía motivada por prejuicios raciales, avalada por el movimiento “La vida de afroestadounidenses importa”.
Hasta el momento más de 60 organizaciones se han unido al movimiento que ha presentado seis demandas y revelado una lista de recomendaciones de cómo lograr reformas en las políticas de la policía y del sistema de justicia criminal.