Los esfuerzos para lograr que Teherán regrese a los términos del acuerdo nuclear con Irán corren el riesgo de quedarse cortos, lo que obliga a Estados Unidos y sus aliados a considerar opciones no diplomáticas para contener la amenaza, según altos funcionarios estadounidenses.
Durante meses, Estados Unidos, junto con otras potencias importantes, ha tratado de salvar el acuerdo de 2015, conocido formalmente como el Plan de Acción Integral Conjunto (JCPOA) a través de una serie de conversaciones indirectas en Viena. Pero esas conversaciones se han estancado, y funcionarios clave en Washington ahora advierten que el tiempo se está agotando rápidamente.
"Con cada día que pasa y ante la negativa de Irán a participar de buena fe, se acaban las opciones ", dijo el miércoles a la prensa el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, durante una conferencia de prensa con sus homólogos de Israel y los Emiratos Árabes Unidos en Washington.
"Seguimos creyendo que la diplomacia es la forma más eficaz de hacer eso, pero se necesitan dos para participar en la diplomacia, y no hemos visto en Irán la voluntad de hacer eso", dijo. "Estamos preparados para recurrir a otras opciones si Irán no cambia de rumbo".
El enviado especial de Washington para Irán ofreció una evaluación igualmente severa durante una charla virtual el miércoles temprano.
"Somos realistas. Sabemos que hay una buena probabilidad de que Irán elija un camino diferente", dijo Robert Malley cuando se le preguntó sobre las esperanzas de que Teherán vuelva a cumplir con el acuerdo nuclear.
"Tenemos que prepararnos para un mundo (...) donde Irán no tenga limitaciones en su programa nuclear, y tenemos que considerar opciones para lidiar con eso", dijo Malley. "Todos los días que pasan recibimos una parte de la respuesta de Irán, todos los días en los que no vuelven a la mesa, todos los días en los que hacen declaraciones sobre lo poco que se logró en Viena".
Estados Unidos se retiró del acuerdo en 2018, bajo el entonces mandato del presidente Donald Trump, como parte de la campaña de "máxima presión" de su administración para limitar las ambiciones nucleares de Irán y lo que describió como las "actividades malignas" de Teherán.
En respuesta a la retirada de Estados Unidos, Irán abandonó cada vez más sus compromisos en virtud del acuerdo al enriquecer uranio a un nivel más alto de pureza y mantener mayores reservas de material nuclear enriquecido.
Para atraer a Teherán a que regrese al acuerdo nuclear, Malley dijo que Washington ofreció eliminar todas las sanciones "que fueran incompatibles" con el pacto.
Sin embargo, dijo que si bien la oferta parecía generar un impulso inicial, cualquier progreso que se hubiera logrado se estancó luego de la elección del nuevo presidente iraní, Ebrahim Raisi.
El miércoles, el secretario de Estado Blinken advirtió que el liderazgo de Irán estaba jugando un juego peligroso.
"Estamos unidos en la propuesta de que no se puede permitir que Irán adquiera un arma nuclear", dijo a los periodistas. "Estamos preparados para recurrir a otras opciones si Irán no cambia de rumbo".
El ministro de Relaciones Exteriores de Israel, Yair Lapid, dijo que esas otras opciones estaban en el centro de las conversaciones del miércoles en el Departamento de Estado con Blinken y el ministro de Relaciones Exteriores de los Emiratos Árabes Unidos, el jeque Abdullah Bin Zayed Al Nahyan.
"Cada día que pasa y cada retraso en las negociaciones acerca a Irán a una bomba nuclear", dijo Lapid.
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