En la cima más alta del barrio de petare, en una precaria casa, viveAracelis Turmero con sus tres hijos. A pesar de tener solo 35 años de edad, padecer de cáncer y tuberculosis poco le permite salir de su cama.
Turmero relata con un nudo en la garganta, entre lágrimas y algo de vergüenza, lo que sufre por falta de comida y alimento. “Desde Enero del 2017, no estoy recibiendo tratamiento para ninguna de las dos enfermedades”.
El dinero lo le alcanza para comprar sus medicinas, le cuenta a la Voz de Ámerica.
En enero abandonó la quimioterapia cansada de no hallar medicamentos, escasos en 90% según la Federación Farmacéutica. Lo hizo tras meses de debatirse entre comprar comida o medicinas.
En Venezuela, los inventarios de medicamentos presentan una desaparición del 75% de los tratamientos, según cifras dadas recientemente por Codevida, lo que ocasiona que en el país no se le pueda prestar una atención mínima para los padecimientos crónicos. El director de la ONG Codevida, Francisco Valencia, aseguró a la Voz de Ámerica que la “falta de medicamentos está matando a la gente”.
Esta es la cruda realidad de Turmero y de muchos pacientes con enfermedades crónicas,quecomo ella, expresan con sus argumentos que las probabilidades de curarse son pocas ya que no tienen posibilidad de cumplir sus tratamientos. “Es difícil vivir en este país, la mayoría (de pacientes con cáncer) se muere”, expresa Turmero.
El caso de Turmero es otro ejemplo de la crisis humanitaria que vive Venezuela.
Un estudio realizado por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y Human Rights Watch (HRW) publicado en febrero de este año, revela los “niveles alarmantes y gravísimos de escasez de medicina y alimentos que se viven en Venezuela”, dijo el presidente de la CIDH Francisco José Eguiguren.
En su reporte la CIDH indica que “el desabastecimiento de medicinas básicas para enfermedades relacionadas con diabetes, diarrea, hipertensión e infecciones respiratorias agudas sobrepasan el 80%”.
HRW constató la grave crisis humanitaria, y afirmó que la grave escasez de medicamentos, insumos médicos y alimentos se ha intensificado desde 2014, y las pobres respuestas gubernamentales a la crisis han vulnerado los derechos de los venezolanos a la salud y la alimentación.
