La presidenta argentina, Cristina Fernández, habló en cadena nacional durante una hora para expresar que considera que el fiscal Alberto Nisman fue asesinado, que su denuncia contra ella era “absurda” y para defender el acuerdo con Irán.
Vestida de blanco y sentada en una silla de ruedas, la presidenta también justificó el proyecto para reformar el sistema de Inteligencia cuyos exagentes promueven todo tipo de denuncias y operaciones contra su gobierno.
“A mí no me van a extorsionar. A mí no me van a intimidar. Yo no les tengo miedo”, dijo.
“Que digan lo que quieran. Que hagan las denuncias que quieran. Que los jueces me citen. Que los fiscales me denuncien. No me interesa, pero no me van a hacer mover un centímetro de lo que siempre he pensado, que no se puede seguir manejando a la República argentina de esta manera”, advirtió.
Dijo que es necesario que se sepa la verdad sobre la muerte del Fiscal Nisman, a quien criticó, y señaló que su denuncia era absurda porque nunca se buscó un pacto de impunidad con los iraníes.
Además sembró sospechas sobre Diego Lagomarcino, el empleado de la fiscalía y técnico en informática que le prestó el arma mortal al Fiscal.
Los medios argentinos hicieron notar que Fernández en ningún momento ofreció condolencias a la familia del fiscal Nisman.
El Parlamento debería considerar esta misma semana el pedido de la Presidenta sobre la Inteligencia.
