Más allá de que el gobierno de Estados Unidos, a través del vocero para Asuntos de América Latina William Ostick, confirmó que fortalecerá y profundizará la relación con Argentina luego de las elecciones, el contundente triunfo de la presidenta Cristina Fernández generó una serie de debates en la dirigencia empresarial, social y política.
El presidente de la Unión Industrial Argentina, Ignacio De Mendiguren, dijo que la continuidad del modelo económico solo se logrará con decisión política.
“Llamo a la unidad de los sectores, del campo, de la industria, me da la sensación que la gente estaba esperando un país más sereno, un país más tranquilo”, afirmó De Mendiguren.
El dirigente agregó que la presidenta Fernández “tiene todo el poder para tomar las medidas que crea que hay que tomar, y lo que me expresó con claridad es que lo que no se va a abandonar es este proceso de reindustrialización que la Argentina empezó hace muchos años”.
Por su parte, Hermes Binner, el Líder del Frente Progresista, segundo en la elección, remarcó que el mayor desafío de este nuevo período de gobierno será el respeto de las instituciones y de las diferencias.
Según Binner, la presidenta Fernández “tendrá que entender que la Legislatura no es una simple escribanía del gobierno, sino que significará un lugar de debate y es responsabilidad precisamente de la mayoría abrir este debate y escuchar a las propuestas de la minoría”.
El economista y miembro de la Organización No Gubernamental (ONG), Carta Abierta, Eduardo Jozami, sostuvo que la victoria se consolidó por las divisiones de los partidos de la oposición. “Aquel mito del año 2009 que porque el Kirchnerismo había perdido por dos puntos en la provincia de Buenos Aires había se acabado un ciclo político, evidentemente era un invento y no hay cosa peor en la política que creerse sus propios inventos”, dijo Jozami.
En la bolsa de Buenos Aires, los mercados y el dólar se mantuvieron estables, pero para eso el Banco Central de la República Argentina tuvo que comprar $80 millones de dólares y continuaron los operativos fiscales para controlar el lavado de dinero en la “City Porteña”.
