En pleno debate mundial sobre la seguridad de las plantas nucleares tras la debacle que siguió al desastre de Fukushima, en Japón, Argentina estrena su propia central nuclear, la más grande de la región y “100% nacional”.
Argentina pone en marcha la central nuclear Atucha II, que integrará 700 megavatios al Sistema Interconectado Nacional. La reactivación de la obra, que estuvo 14 años parada, demandó una inversión de $2.500 millones de dólares.
El ministro de Planificación, Julio De Vido, destacó que Atucha II se convierte así en la turbina más grande generadora de energía en toda Sudamérica.
“Se terminó el armado de todas las piezas y se puso a rotar la turbina. Y el ingreso de agua de rio para la refrigeración del núcleo atómico” que, explicó es el que genera vapor; el vapor hacer rotar la turbina y la turbina mueve el generador que produce la energía.
La obra, agregó, “está montada en un cien por cien. Hay 566 sistemas que hay que verificar y en seis meses los 700 megavatios van al sistema nacional interconectado”.
Cerca de 5.000 personas se emplearán en la Central Argentina de Elementos Modulares (CAREM), al mando del reactor nuclear “de tecnología cien por ciento nacional”.
“Este personal –precisó de Vido- que se entrenó en estos últimos cuatro años, ya empezó la obra de CAREN, que en tres años va a estar generando 25 megavatios. Es un reactor de potencia atómica igual al que mueve Atucha II y que va a generar la cuarta central atómica que estás en trámite de licitación, en el que va a haber un gigantesco componente argentino gracias a los desarrollos en Atucha II, que nos permite empezar desde abajo trabajar en un reactor nuclear de potencia propia”.