“La realidad no es nunca una sola voz. La realidad son siempre voces distintas, matices distintos en la visión de la verdad. Y la prensa tiene que reflejar eso. Si no lo refleja, la libertad está muy limitada o desaparecida. A eso hay que combatirlo”, afirma el escritor peruano Mario Vargas Llosa.
Lo que entendemos por libertad de prensa se ha ido desdibujando en los últimos años. Tal es el caso de Argentina en donde la pregunta más normal que se hacen los ciudadanos es si la libertad de prensa en su país se ha tornado una utopía.
La controversia de la libertad de prensa existió, existe y va a existir siempre. En Argentina durante los gobiernos de Carlos Menem, Fernando de la Rúa, Eduardo Duhalde y Néstor Kirchner, sus acciones gubernamentales fueron puestas bajo la mirada de los habitantes, estando ellos enterados de sus respectivas actividades (aunque seguramente no de todas) gracias a la labor de los medios de prensa.
Lamentablemente esto no siguió sucediendo cuando Cristina Fernández de Kirchner asumió la presidencia en noviembre del año 2007.
La administración de su gobierno es culpada de censurar y amenazar a la prensa, de querer controlar y manejar la información que se les brinda a los ciudadanos (o mejor dicho que no se les brinda, o se les brinda mal). Pero por supuesto que la controversia del gobierno de Fernández no es con todos los medios de prensa, ya que algunos de estos están constantemente respaldando cualquier acción gubernamental, así sea una barbaridad, (según corre el rumor son “voceros oficiales” pagos por el gobierno) sino que más específicamente con el Grupo Clarín y La Nación, dos grupos declarados claramente en oposición al gobierno de Fernández.
Hay una gran lucha concentrada entre dos sectores: el Ejecutivo y el Grupo Clarín; esta se ha tornado cada vez más violenta y se ha ido deteriorando debido a múltiples factores en los que intentaremos ahondar para poder explicarlos.
El Grupo Clarín asegura recibir amenazas por parte del gobierno. Éste sin embargo, sostiene que la empresa responde a intereses exclusivamente económicos y no realmente a la difusión verdadera de la realidad poniendo de esta manera en riesgo la democracia. Lo cierto es que es el gobierno quien pone en riesgo la democracia al censurar a los que piensan diferente.
El bloqueo por parte del gobierno a los diarios Clarín y La Nación muestra la lejanía del concepto de libertad de prensa y expresión.
“El bloqueo a los diarios estuvo motivado por un artículo del diario Clarín que trataba sobre el exhorto enviado desde Suiza, el cual vincularía al líder sindical con actividades fraudulentas. Inicialmente, la medida de fuerza estaba asociada a un conflicto laboral de un grupo de empleados de ARG, pero luego, con la incorporación de militantes políticos amparados por el gremio de Camioneros -conducido por el polémico Hugo Moyano-, la situación cobró una predecible dimensión política”, explica Christian Kleinhempl.
“A partir de los últimos hechos ocurridos en Argentina, la Asociación de Entidades Periodísticas Argentinas (Adepa) y la Asociación Empresaria Argentina (AEA) condenaron la medida de fuerza, evidenciando la grave violación de la libertad de expresión que ha tenido lugar en los últimos años, la cual amenaza con quebrantar la institucionalidad y la normal actividad de las empresas de medios”, manifiesta Kleinhempl.
En todo lugar, en familias, amigos, trabajo, en todo gobierno, en todo país, en cualquier parte del mundo tiene que existir la diversidad de opinión, gente que piense diferente, pues es de allí de donde provienen las mejores conclusiones, del intercambio de opinión y puntos de vista; siempre y cuando el fin común sea el mismo y no el beneficio económico.
Coincidiendo perfectamente con el escritor peruano Mario Vargas Llosas, opino que no hay que ser un profesional de las letras, de la política, de la economía, un excepcional académico para darse cuenta cuando hay libertad y cuando no la hay, cuando nos están diciendo la verdad y cuando nos están mintiendo alevosamente.
Cualquier persona de cualquier clase social y cualquier parte del mundo se da cuenta de eso, entonces, creo firmemente que la clave está en determinar en nosotros mismos qué queremos hacer, defender la libertad o darle la espalda y dejar que sigan disfrazando la información para fines económicos y por supuesto políticos. Defender la libertad o seguir callando la voz de los que quieren y no dejan hablar.
María Pía Mesa Tellagorry tiene 17 años de edad y es una de las Jóvenes Corresponsales de Estados Unidos. Estudia 6to de derecho en el Liceo Eduardo Fabini. Actualmente vive en la ciudad de Minas, Lavalleja.