El intento del gobierno de Argentina de combatir el mercado informal de dólares y controlar la fuga de capitales ha generado incertidumbre, menores operaciones y suba del dólar.
En los últimos 12 meses se fugaron $22.000 millones de dólares, obligando al Banco Central a utilizar reservas para frenar la demanda.
Ahora, los compradores deben justificar en los bancos o casas de cambio, si tienen un capital propio para la adquisición de dólares siguiendo las normativas de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP).
Aunque el Ministro de Economía Amado Budou dijo que se busca combatir la evasión y el lavado de dinero, los economistas como Hernán Lacousa consideran que hay un error de diagnóstico del problema.
"Creo que el Gobierno toma medidas con un diagnóstico equivocado al tomar esto como un fenómeno transitorio y no consistente. Atacando las consecuencias, los síntomas y no las causas" advirtió Lacousa.
Según el economista, las medidas del gobierno no apuntan "a la inflación, sino que reprime la demanda y estimula u obliga compulsivamente la oferta sin tener en cuenta que las medidas compulsivas pueden ser contraproducentes. Pero, en lo que no deberíamos persistir es en un cepo cambiario porque eso podría estar acumulando más vapor en una olla a presión".
Mientras tanto, operadores bursátiles como Simón Garbarino aseguran que la crisis griega que está afectando a los mercados de todo el mundo puede generar consecuencias mas graves.
"Hoy la Argentina, respecto de otros países, tiene la ventaja que no sale a pedir crédito al mundo" reconoció Garbarino. "De todas maneras no nos podemos alejar de la otra realidad que es una crisis mundial, una crisis que esta afectando principalmente a Europa, y que también esta teniendo repercusiones en Estados Unidos y no hay ninguna duda que también nos va a contagiar. Puede transformarse en algo mucho peor y en este caso Argentina no va a estar exenta" advirtió.
En los últimos 12 meses la fuga de capitales, según cálculos no oficiales ha alcanzado los $22.000 millones de dólares, cifra que supera lo que salió del país en 2008, en un contexto de recesión financiera internacional, lo que ha obligado al Banco Central Argentino a utilizar reservas para frenar la demanda de dólares y evitar un encarecimiento de la tasa de cambio.
