Dos ex dictadores de la época de la guerra sucia en Argentina fueron sentenciados este jueves por su presunta participación en el robo de 34 bebés nacidos de mujeres cautivas durante el régimen de facto de 1976-1983.
Jorge Rafael Videla y Reinaldo Bignone, junto a algunos de sus subalternos estaban acusados de ejecutar un plan sistemático de apropiación de menores, en el que centenares de bebés fueron arrebatados a sus madres biológicas, todas ellas militantes políticas detenidas, y luego adoptados ilegalmente por otras familias.
El Tribunal Oral Federal 6 de Buenos Aires condenó a cadena perpetua al exdictador Videla, además de 50 años de cárcel que habían solicitado algunos demandantes y víctimas. Por su parte, el expresidente de facto, Reynaldo Bignone, tendrá que pagar 15 años de prisión.
Otro de los condenados fue Antonio Vañek, el responsable del mayor centro de detención clandestina durante la dictadura (la Escuela Mecánica de la Armada), que ahora tendrá que pagar 40 años de cárcel por la desaparición de 10 menores de edad.
Según Abuelas de Plaza de Mayo, unos 500 niños nacieron en cautiverio o fueron secuestrados con sus padres, de los cuales la organización humanitaria ha restituido la identidad a 106.
Uno de ellos es Francisco Madariaga, de 35 años, quien nació en la maternidad clandestina de Campo de Mayo, uno de los más grandes centros de detención y tortura durante el régimen. Allí estaba prisionera su madre Silvia Quintela, una militante del grupo izquierdista Montoneros secuestrada por miembros de las Fuerzas Armadas en 1977 y aun hoy desaparecida.
Por este hecho en particular estaban acusados el exgeneral Santiago Riveros, condenado a 20 años por el secuestro y desaparición de Quintela, y el ex capitán Víctor Gallo y su mujer Susana Colombo, por la apropiación ilegal de su hijo.
"Que la condena sea ejemplar", pidió Madariaga, quien recuperó su identidad en 2010 tras someterse a un examen de ADN.
"Yo era su juguete de guerra", reflexionó sobre su padre apropiador.
La Fiscalía solicitó 50 años de prisión, la máxima pena prevista por la legislación argentina, para Videla y Bignone.
Jorge Rafael Videla y Reinaldo Bignone, junto a algunos de sus subalternos estaban acusados de ejecutar un plan sistemático de apropiación de menores, en el que centenares de bebés fueron arrebatados a sus madres biológicas, todas ellas militantes políticas detenidas, y luego adoptados ilegalmente por otras familias.
El Tribunal Oral Federal 6 de Buenos Aires condenó a cadena perpetua al exdictador Videla, además de 50 años de cárcel que habían solicitado algunos demandantes y víctimas. Por su parte, el expresidente de facto, Reynaldo Bignone, tendrá que pagar 15 años de prisión.
Otro de los condenados fue Antonio Vañek, el responsable del mayor centro de detención clandestina durante la dictadura (la Escuela Mecánica de la Armada), que ahora tendrá que pagar 40 años de cárcel por la desaparición de 10 menores de edad.
Según Abuelas de Plaza de Mayo, unos 500 niños nacieron en cautiverio o fueron secuestrados con sus padres, de los cuales la organización humanitaria ha restituido la identidad a 106.
Uno de ellos es Francisco Madariaga, de 35 años, quien nació en la maternidad clandestina de Campo de Mayo, uno de los más grandes centros de detención y tortura durante el régimen. Allí estaba prisionera su madre Silvia Quintela, una militante del grupo izquierdista Montoneros secuestrada por miembros de las Fuerzas Armadas en 1977 y aun hoy desaparecida.
Por este hecho en particular estaban acusados el exgeneral Santiago Riveros, condenado a 20 años por el secuestro y desaparición de Quintela, y el ex capitán Víctor Gallo y su mujer Susana Colombo, por la apropiación ilegal de su hijo.
"Que la condena sea ejemplar", pidió Madariaga, quien recuperó su identidad en 2010 tras someterse a un examen de ADN.
"Yo era su juguete de guerra", reflexionó sobre su padre apropiador.
La Fiscalía solicitó 50 años de prisión, la máxima pena prevista por la legislación argentina, para Videla y Bignone.