Acérrimos rivales dentro de la cancha y socios en un ambicioso anhelo de países subdesarrollados, Uruguay y Argentina pusieron proa a la Copa del Mundo de fútbol de 2030, con firmes aspiraciones de adjudicarse su organización conjunta.
Los finalistas de la primera Copa del Mundo disputada en 1930 en Montevideo, esperan, amén de renovar su rivalidad deportiva, albergar el ecuménico en conmemoración del centenario de su creación.
El vicepresidente de la Conmebol, Eugenio Figueredo, aseveró a la AFP que “están dadas todas las condiciones para abrigar expectativas” y se aventuró a pronosticar que “con los elementos con los que cuentan los candidatos, ningún otro país se presentará para competir con nuestra candidatura”, que cuenta con el apoyo unánime de la Confederación Sudamericana de Fútbol.
El ministro de Deporte de Uruguay, Héctor Lescano, y el secretario de Deporte de Argentina, Claudio Morresi, acordaron la creación de una comisión binacional que prevé “la postulación formal de la candidatura tomando en consideración los planes de obra para la construcción y acondicionamiento de la infraestructura, y de los equipamientos urbanos y deportivos”.
La solicitud, presentada en octubre de 2006 por el presidente uruguayo, Tabaré Vázquez, al titular de la FIFA, Joseph Blatter, será elevada oficialmente ante el Comité Ejecutivo del organismo que sesionará en la antesala del Mundial de Sudáfrica 2010.
Figueredo explicó que “los 100 años del primer Mundial, la posibilidad de contar con el mismo escenario de la final de 1930, el mítico Estadio Centenario, y el hecho de que los contendientes estén activos son los motivos que hacen viable la propuesta, que es vista con buenos ojos por la FIFA”.
De su lado Morresi dijo a la AFP que la iniciativa contempla “cumplir el sueño de muchísimos argentinos y uruguayos de que vuelva un Mundial a nuestras tierras” e instó a “no perder el tren en el que viajen las naciones más poderosas”.
El anuncio, realizado en el marco de la II Reunión de Ministros del Mercosur y en vísperas de la Cumbre del bloque regional que comienza el lunes en Montevideo, tuvo lugar en el Museo del Fútbol del Estadio Centenario, donde el 30 de julio de 1930 celestes y albicelestes protagonizaron la final de la primera Copa del Mundo, ganada 4-2 por los charrúas.
Casi medio siglo después, Argentina fue sede del ecuménico de 1978 y levantó su primer cetro al vencer 3-1 a Holanda en el duelo decisivo jugado en Buenos Aires.
