El actor estadounidense Brad Pitt se quedó sin un centenar de ametralladoras, fusiles y pistolas para combatir a los zombis en su nueva película World War Z.
La Unidad Antiterrorismo de Hungría aseguró que confiscó las armas de guerra, provenientes de Londres, en el aeropuerto Ferenc Liszt de Budapest, y fueron descubiertas en un área cercana a las tiendas libres de impuestos.
"Es posible que todas las armas hayan sido traídas para la película, pero esto no estaría permitido bajo la ley húngara", pues las armas no habían sido desactivadas por completo y podrían fácilmente usarse para disparar municiones reales, dijo Janos Hajdu, jefe de la Unidad Antiterrorismo a una radio local. "Este es un caso muy complicado", advirtió.
Hajdu dijo que las armas habían sido enviadas a una compañía húngara, cuyo representante estaba siendo interrogado.
Explicó que en Hungría se considera que un arma está desactivada sólo si el proceso "es irreversible", mientras que las armas incautadas aún pueden disparar pese a que se han colocado tornillos para tapar el final de los cañones.
Adam Goodman, cuya compañía provee servicios de producción para World War Z, dijo que le han aconsejado que no comente sobre los vínculos entre las armas confiscadas y la película.
"Nos estamos preparando como estaba planeado. No estamos cambiando nuestra agenda", dijo Goodman a The Associated Press. Agregó que reportes de medios según los cuales el plató del filme había sido allanado por la policía para confiscar las armas no eran ciertos.
La Oficina Nacional de Investigación de Hungría dijo que inició una investigación en el caso, pero el vocero Laszlo Bartha señaló que por ahora no tenían información adicional.
