El flujo de suministros humanitarios al sur de Asia aumenta cada vez más a pesar de las dificultades logísticas, pero también crece la preocupación por el estado de los sobrevivientes del terremoto y tsunami del año pasado.
Funcionarios de Naciones Unidas calificaron de “fenomenal” la respuesta mundial al desastre en el que perecieron unas 150 mil personas. Gobiernos e individuos han prometido colaborar con 2 mil millones de dólares.
La Organización Mundial de la Salud alertó que 5 millones de personas en la región podrían contraer cólera y otras enfermedades a menos que obtengan agua potable, medicinas y otros suministros.
Medio millón de personas necesita tratamiento médico urgente y la ONU ha dicho que se trata de “una carrera contra el tiempo”.
Las labores de entrega de suministros se han dificultado debido a las torrenciales lluvias en el este de Sri Lanka y problemas operacionales en las pistas de aterrizaje de la provincia de Ace.